Documento descargado de http://www.elsevier.es el 06/05/2009. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Consenso SEEDO 2007 para la evaluación del sobrepeso y la obesidad y el establecimiento de criterios de intervención terapéutica
Jordi Salas-Salvadó, Miguel A. Rubio, Montserrat Barbany, Basilio Moreno y Grupo Colaborativo de la SEEDO*
La obesidad es una enfermedad crónica multifactorial, fruto
acepta como punto de corte un valor de IMC de 30 kg/m2 o
de la interacción entre genotipo y ambiente. En países desa-
superior, aunque también se han establecido valores supe-
rrollados como el nuestro, afecta a un gran porcentaje de la
riores al percentil 85 de la distribución de la población de
población, en todas las edades, condiciones sociales y en
referencia. La Sociedad Española para el Estudio de la Obe-
ambos sexos. Su prevalencia ha aumentado y continúa au-
sidad (SEEDO), en el documento publicado en 19962, intro-
mentando alarmantemente en nuestra sociedad, así como
dujo algunas modificaciones a la clasificación propuesta por
en países de economía en transición, hasta adquirir propor-
la Organización Mundial de la Salud (OMS)3: se rebajó el lí-
mite inferior del peso normal a 18,5 kg/m2, se subdividió la
La obesidad aumenta de manera sustancial no tan sólo el
gama de sobrepeso en 2 categorías y se introdujo un grado
riesgo de diabetes y de enfermedad cardiovascular, sino
adicional de obesidad para los pacientes con IMC de 50
también de ciertos tipos de cáncer y otras enfermedades
kg/m2 o superior, que son tributarios de indicaciones espe-
muy prevalentes, de tal manera que se ha convertido en la
ciales en la elección del procedimiento de cirugía bariátrica
segunda causa de mortalidad prematura y evitable después
del tabaco. Los pacientes con obesidad mórbida presentan
En la población infantil y juvenil se utilizan como criterios
también un aumento de la mortalidad total y sufren una
para definir el sobrepeso y la obesidad los valores específi-
gran estigmatización social y discriminación, ya que este
cos por edad y sexo de los percentiles 85 y 97 del IMC, res-
trastorno mórbido muchas veces no se considera una ver-
pectivamente, empleando las tablas de Cole et al4. Ello
permitirá establecer comparaciones con estudios internacio-
Tras los recientes avances en el conocimiento de esta enfer-
nales5. En personas mayores de 60 años, se utilizará el IMC
medad, el presente Consenso SEEDO 2007 pretende poner
siguiendo los mismos criterios que en adultos.
al día las bases para: a) poder identificar fácilmente y eva-luar al paciente que presenta sobrepeso u obesidad; b) pro-
Epidemiología de la obesidad en España
porcionar al médico, al personal sanitario y a las institucio-nes de salud pública unas pautas basadas en la evidencia
Este documento incorpora datos obtenidos por medición in-
para la evaluación y tratamiento del sobrepeso y la obesi-
dividual en estudios realizados sobre muestras aleatorias de
dad, y c) estimular a los proveedores y gestores de salud
ámbito estatal, estudios colaborativos y encuestas de nutri-
para que se comprometan en el cuidado de los pacientes
ción institucionales llevadas a cabo en diversas comuni-
que presentan obesidad y el coste que representa.
dades autónomas españolas y recogidas en el estudio DO-RICA6. Los datos que se presentan de prevalencia desobrepeso y obesidad para adultos se han obtenido median-
Diagnóstico y clasificación
te la clasificación de la obesidad antes mencionada.
La obesidad es una enfermedad que se caracteriza por el
En la tabla 2 se describe la prevalencia de obesidad en Es-
exceso de grasa corporal. En función de la grasa corporal,
paña por grupos de edad y sexo. En la población infantil y
podríamos definir como sujetos obesos a aquellos que pre-
juvenil española (2-24 años), de acuerdo con los resultados
sentan porcentajes de grasa corporal por encima de los va-
del estudio enKid4, la prevalencia de obesidad se estima en
lores considerados normales, que son del 12 al 20% en va-
un 13,9% y la de sobrepeso en un 12,4%. En conjunto, so-
rones y del 20 al 30% en mujeres adultas1.
brepeso y obesidad suponen el 26,3%. La obesidad es sig-
Aunque el índice de masa corporal (IMC) no es un excelen-
nificativamente más prevalente en varones (15,6%) que en
te indicador de adiposidad en individuos musculados como
mujeres (12,0%). En el grupo de varones, las tasas más ele-
deportistas y en ancianos, es el índice utilizado por la mayo-
vadas se observaron entre los 6 y los 13 años. En las chi-
ría de estudios epidemiológicos y el recomendado por diver-
cas, las tasas de prevalencia más elevadas se observaron
sas sociedades médicas y organizaciones de salud interna-
cionales para el uso clínico, dadas su reproducibilidad,facilidad de utilización y capacidad de reflejar la adiposidad
en la mayoría de la población. Para definir la obesidad se
Criterios SEEDO para definir la obesidad en grados según el índice de masa corporal (IMC) en adultos Categoría Valores límite de IMC (kg/m2)
*Al final del artículo se indican los miembros de la comisión de redacción y los expertos que han aportado enmiendas al documento.
Correspondencia: Dr. J. Salas-Salvadó.
Unitat de Nutrició Humana. Hospital Universitari de Sant Joan de Reus.
Facultat de Medicina i Ciències de la Salut. Universitat Rovira i Virgili.
Sant Llorenç, 21. 43201 Reus. Tarragona. España.
Recibido el 18-7-2006; aceptado para su publicación el 25-7-2006.
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 06/05/2009. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
SALAS-SALVADÓ J ET AL. CONSENSO SEEDO 2007 PARA LA EVALUACIÓN DEL SOBREPESO Y LA OBESIDAD
Y EL ESTABLECIMIENTO DE CRITERIOS DE INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA
La prevalencia de obesidad en la población adulta de 25 a
64 años, según los resultados del estudio DORICA6, se esti-
Prevalencia de obesidad en la población española
ma en un 15,5%, y es más elevada en mujeres (17,5%)
por grupos de edad y sexo
que en varones (13,2%). El 0,79% de los varones y el 3,1%de las mujeres de entre 25 y 60 años tienen una obesidad
Varones (%) Mujeres (%) Total (%)
tipo II (IMC de 35-39) y el 0,3% de los varones y el 0,9% de
las mujeres presentan una obesidad mórbida (IMC ≥ 40
kg/m2). Datos provisionales del estudio DRECE (Dieta y
Riesgo de Enfermedades Cardiovasculares en España)9
muestran que en 14 años se ha producido un incremento
del 34,5% en la prevalencia de obesidad, que ha pasado
del 17,4% en 1992 a un 24% en 20067. Estos datos con-
cuerdan con los obtenidos en la última Encuesta Nacional
de Salud, con registros de peso y talla autorreferidos, en la
que se describe un incremento absoluto de un 6% en las
tasas de obesidad en 14 años de evolución (de un 7,7% en
Resultados del estudio enKid5, donde para calcular la prevalencia de obesidad se consi-
deraron los valores específicos por edad y sexo del percentil 97 del índice de masa corpo-
ral (IMC), empleando las tablas de Orbegozo confeccionadas por Hernandez en 1988; bre-
Para la población mayor de 65 años se estima una preva-
sultados del estudio DORICA6, en el que para definir la obesidad se emplearon valores deIMC por encima de 30 kg/m2; cpara definir la obesidad se utilizaron valores de IMC por en-
lencia de obesidad del 35% (un 30,9% en varones y un
cima de 30 kg/m2; dresultados del estudio de Gutiérrez Fisac et al9; eresultados del estudio
39,8% en mujeres). Esta prevalencia es mayor (36%) en la
población anciana no institucionalizada9 que en la institu-cionalizada (21%)10. Los resultados del estudio enKid han puesto de manifiesto
morbilidades mayores o menores; d) estudio de los hábitos
que la obesidad en la población española en edad infantil y
alimentarios, descartando posibles alteraciones del compor-
juvenil está adquiriendo dimensiones que merecen una es-
tamiento alimentario, y nivel de actividad física; e) registros
pecial atención. La prevalencia de obesidad, según este es-
de los intentos previos de pérdida de peso, los tratamientos
tudio, es más importante en la población en edad escolar,
utilizados y su eficacia, y f) motivación para enfrentarse a
especialmente en los años que preceden al brote puberal.
un nuevo programa de adelgazamiento.
El consumo elevado de productos de bollería industrial y deotros alimentos ricos en grasas, el bajo consumo de frutas y
Exploración física y estudios complementarios
verduras y un estilo de vida sedentario se han identificado
La exploración física irá dirigida a observar la presencia de
como factores determinantes de la obesidad en este grupo
signos de obesidad secundaria (hipotiroidismo, enfermedad
de Cushing, hiperinsulinismo, hipogonadismo, síndrome de
En la mayoría de los estudios realizados en adultos en Espa-
ovarios poliquísticos, etc.) y, a la vez, consecuencias de la
ña, la prevalencia de obesidad es más elevada en el sub-
propia obesidad (signos de insuficiencia cardíaca, dislipe-
grupo femenino y aumenta a medida que avanza la edad,
mia, diabetes mellitus, hipertensión arterial, entre otras).
especialmente en las mujeres con menor nivel de instruc-
Para completar el estudio básico del paciente, será indis-
ción12,13. Entre los factores que influyen en una mayor pre-
pensable la realización de una analítica general, una eco-
valencia de la obesidad destacan, por un lado, los ligados al
grafía abdominal –para descartar la presencia de colelitiasis,
estilo de vida, tales como mayor sedentarismo, menor con-
hígado graso u ovarios poliquísticos–, pruebas funcionales
sumo de frutas y verduras, así como el incremento del apor-
respiratorias y estudio polisomnográfico para el diagnóstico
te calórico a expensas de grasas o de alcohol. De otra parte,
de síndrome de apneas durante el sueño, o ecocardiografía
la multiparidad, un bajo nivel socioeconómico y cultural y
ante la sospecha de insuficiencia cardíaca o enfermedad
residir en las comunidades autónomas del sudeste del país,
valvular. El registro de la presión arterial debe realizarse con
del noroeste y Canarias5 son factores asociados a una pre-
un esfigmomanómetro adaptado para obesos; la anchura
recomendada del brazalete para adultos con obesidad mo-
En población adulta, la prevalencia de obesidad en España
derada es de 14 a 15 cm, y para personas muy obesas, de
se sitúa en un punto intermedio entre los países del norte
de Europa, Francia y Australia, que presentan las proporcio-nes de obesos más bajas, y EE UU y los países del este eu-
Evaluación de la adiposidad global y regional
ropeo, que en la actualidad tienen las mayores prevalen-cias.
Peso, talla e IMC. Se pesará al paciente sin zapatos y en ropainterior. A partir del peso y la estatura se calculará el IMC,con la fórmula: peso expresado en kilogramos, dividido por la
Valoración de la obesidad
talla al cuadrado expresada en metros cuadrados (kg/m2).
Anamnesis En la obesidad, es imprescindible la realización de una his-
Determinación del perímetro de la cintura. Se determina
toria clínica completa, donde se recojan antecedentes fami-
con una cinta métrica flexible, milimetrada, con el paciente
liares y personales de interés, se efectúe una pormenoriza-
en bipedestación, sin ropa y relajado. Se debe localizar el
da anamnesis dirigida, se profundice en la evolución de la
borde superior de las crestas ilíacas y, por encima de ese
obesidad a lo largo de la vida y se hagan constar aquellos
punto, rodear la cintura con la cinta métrica, de manera pa-
aspectos de interés en cuanto a la alimentación y hábitos de
ralela al suelo, asegurando que esté ajustada, pero sin com-
vida. Concretamente, se prestará especial atención a los si-
primir la piel. La lectura se realiza al final de una espiración
guientes puntos: a) causas desencadenantes de la obesidad
normal. Pese a ser un parámetro aparentemente muy senci-
(gestación, menopausia, cese del consumo de tabaco, toma
llo de determinar, en la práctica la medida puede resultar
de fármacos asociados a un incremento de peso corporal);
compleja. Esto es así, fundamentalmente, porque no siem-
b) causas secundarias de obesidad; c) identificación de co-
pre es sencillo localizar las referencias anatómicas en pa-
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 06/05/2009. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
SALAS-SALVADÓ J ET AL. CONSENSO SEEDO 2007 PARA LA EVALUACIÓN DEL SOBREPESO Y LA OBESIDAD Y EL ESTABLECIMIENTO DE CRITERIOS DE INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA
absorciometría radiográfica de doble energía y otros méto-dos de estimación de la composición corporal son de utili-
Alteraciones asociadas a la obesidad
dad clínica limitada, relegándose su uso a la investigación.
Enfermedad cardiovascular arteriosclerótica
Cardiopatía isquémica Enfermedad cerebrovascular
Alteraciones asociadas a la obesidad
La morbilidad asociada al sobrepeso y la obesidad se ha
comprobado en muchas alteraciones de salud, entre las
Síndrome de apneas obstructivas durante el sueño
que cabe destacar la diabetes mellitus tipo 2 (DM2), la disli-
pemia, la hipertensión, la enfermedad coronaria y cerebro-
Resistencia a la insulina y diabetes tipo 2Hipertensión arterial
vascular, la colelitiasis, la osteoartrosis, la insuficiencia car-
díaca, el síndrome de apneas durante el sueño, algunos
tipos de cáncer, alteraciones menstruales, la esterilidad y al-
teraciones psicológicas. En la tabla 3 se resumen las altera-
Disfunción menstrualSíndrome de ovarios poliquísticos
ciones más comúnmente asociadas a la obesidad. El clínico
debe realizar un esfuerzo para determinar las enfermedades
asociadas al exceso ponderal y especialmente las suscepti-
bles de mejoría tras la pérdida de peso.
ColelitiasisEsteatosis hepática, esteatohepatitis no alcohólica, cirrosis
Reflujo gastroesofágico, hernia de hiato
El síndrome metabólico es una constelación de factores de
riesgo asociados a la obesidad abdominal, entre los que se
cuentan la dificultad en la utilización de glucosa (resistencia
a la insulina), la dislipemia aterogénica y la hipertensión ar-
terial. Puede considerarse una entidad clínica especial, que
confiere un alto riesgo de enfermedad cardiovascular y/o
Cáncer (mujer: vesícula y vías biliares, mama y endometrio en la
diabetes. Si bien la patogenia del síndrome metabólico y de
posmenopausia; varón: colon, recto y próstata)
cada uno de sus componentes es compleja y no suficiente-
Alteraciones cutáneas (estrías, acantosis nígricans, hirsutismo,
mente conocida, la obesidad central y la resistencia a la in-
sulina se han considerado los ejes centrales del síndrome.
Alteraciones psicológicasAlteraciones psicosociales
Hay diversas definiciones de síndrome metabólico, entre las
que cabe destacar la realizada por la OMS en 1998 y la
Trastornos del comportamiento alimentario
plasmada en el tercer informe del National Cholesterol Edu-cation Program Expert Panel on Detection, Evaluation, andTreatment of High Blood Cholesterol in Adults (ATP III). Estaúltima, recientemente actualizada15, es más simple y útil
cientes obesos, lo que favorece una nada despreciable va-
desde el punto de vista clínico, ya que la de la OMS requie-
riabilidad entre observadores. El perímetro de la cintura es
re la realización de un test de sobrecarga oral de glucosa y
un mejor indicador de la grasa visceral (y de sus cambios
la determinación de insulina. Más recientemente están to-
con la pérdida de peso), así como del riesgo cardiovascular,
mando fuerza los criterios establecidos por la International
Diabetes Federation16, ya que en ellos se especifican puntosde corte para el perímetro de la cintura propios de la pobla-
Otros métodos de determinación de la composición corpo-
ción europea (y otras poblaciones), y además es una clasifi-
ral. La medida de los pliegues cutáneos y la determinación
cación de uso clínico fácil y asequible. En la tabla 4 se reco-
de la cantidad de grasa mediante impedancia bioeléctrica,
gen los criterios utilizados en cada clasificación. En aras de
Definición del síndrome metabólico según los criterios del Adult Treatment Panel III (ATP III), definición actualizada en 2005, y la International Diabetes Federation (IDF)16
Presencia de obesidad central, definida por la medida del perímetro de la
cintura en población europea de ≥ 94 cm en varones y ≥ 80 cm en
– Obesidad central, definida por una medición del perímetro de la cintura
Junto a 2 o más de los siguientes factores:
– Aumento de los triglicéridos (≥ 150 mg/dl o 1,7 mmol/l) o tratamiento
específico para la reducción de los triglicéridos
– cHDL reducido (< 40 mg/dl o 1,03 mmol/l en varones y < 50 mg/dl
en mujeres) o tratamiento específico para esta alteración en el cHDL
– Aumento de la presión arterial: sistólica ≥ 130 y/o diastólica
Sistólica ≥ 130 y/o diastólica ≥ 85 mmHg, o toma de tratamiento
≥ 85 mmHg, o toma de tratamiento antihipertensivo
– Aumento de la glucosa plasmática en ayuno: glucemia ≥ 100 mg/l
– Aumento de la glucosa plasmática en ayuno: glucemia ≥ 100 mg/l
(5,6 mmol/l), o diabetes tipo 2 anteriormente diagnosticadab
cHDL: colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad. aEn japoneses los puntos de corte considerados son de 85 cm en varones y de 90 cm en mujeres, y en población china y asiática son de 90 y 80 cm en varones y mujeres, respectivamen-te; bsi la glucemia es superior a esta cifra, se recomienda la realización de una prueba de sobrecarga oral de glucosa, aunque no es necesaria para el diagnóstico del síndrome metabólico.
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 06/05/2009. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
SALAS-SALVADÓ J ET AL. CONSENSO SEEDO 2007 PARA LA EVALUACIÓN DEL SOBREPESO Y LA OBESIDAD
Y EL ESTABLECIMIENTO DE CRITERIOS DE INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA
poder establecer comparaciones con otros estudios, se re-
comienda utilizar ambos tipos de clasificaciones para no in-
Riesgo relativo de presentar comorbilidades mayores que confieren el exceso de peso y la distribución del tejido
La resistencia a la insulina, como eje central del síndrome
metabólico, se acompaña de otras alteraciones que no seincluyen en los criterios diagnósticos de aquél, pero que su-
Riesgo relativo a partir del perímetro
ponen un incremento adicional del riesgo cardiovascular y
de la cintura IMC (kg/m2) Varones ≤ 102 cm Varones > 102 cm Mujeres ≤ 88 cm Mujeres > 88 cm
– Factores lipídicos: incrementos de las apolipoproteínas
B y C-III, partículas de lipoproteínas de baja densidad
(LDL) pequeñas y densas (muy aterogénicas), incremento
de la lipemia posprandial y disminución de la apolipopro-
– Factores protrombóticos: incremento de las concentracio-nes del inhibidor del activador del plasminógeno de tipo 1 y
del fibrinógeno, y aumento de la viscosidad.
Primer paso: determinación del riesgo relativo
– Factores proinflamatorios: incremento del recuento de
de morbimortalidad en función del grado de
leucocitos, aumento de las citocinas factor de necrosis tu-
exceso de peso y distribución de la grasa
moral alfa e interleucina 6, de la proteína C reactiva17 y de laresistina, o disminución de la adiponectina.
La determinación del grado de exceso de peso y de la distri-bución de la grasa en el organismo sirve para evaluar el
riesgo relativo de que el paciente presente comorbilidades
– Otros: hiperuricemia, hiperhomocisteinemia, esteatohepa-
metabólicas, otras enfermedades asociadas a la obesidad y
titis no alcohólica, síndrome de apneas durante el sueño,
enfermedades cardiovasculares, especialmente la DM2,
síndrome de ovarios poliquísticos18.
pero también, aunque en menor grado, la hipertensión arte-rial, la dislipemia y otros procesos, antes enumerados, que
La prevalencia del síndrome metabólico es diferente entre
se asocian estrechamente a estos factores. En la tabla 5 se
poblaciones, debido a la influencia de la raza, el sexo y la
clasifica el riesgo relativo en función del IMC y el perímetro
edad en su definición. De acuerdo con los criterios del Adult
Treatment Panel III (ATP III), la prevalencia media en EEUU se encuentra en el 20-30%19. La prevalencia estimada
Segundo paso: determinación del riesgo absoluto
de síndrome metabólico en España, según diversos estudios
epidemiológicos, va desde un 17% en Segovia20, pasando
El riesgo absoluto en un paciente que presente obesidad se
por el 25% del Spanish Insulin Resistance Study21 y el
estimará a partir de la valoración del riesgo relativo asociado
24,4% en la Comunidad Canaria22, hasta el 28,9% en Va-
al exceso de peso y la distribución adiposa, y de la determi-
lencia23. Estas diferencias pueden deberse a la edad de los
nación de factores de riesgo asociados a la obesidad. En la
participantes, al IMC promedio de la muestra y a la contri-
actualidad no disponemos de datos propios sobre el riesgo
bución porcentual de cada uno de los componentes del sín-
de mortalidad y cardiovascular asociado a la obesidad en po-
blación española. Siendo consciente de ello, la SEEDO asu-me los siguientes niveles de riesgo e indica cómo calcularlos. Riesgo que confiere la obesidad
Identificación de los pacientes obesos con riesgo absoluto
La obesidad, especialmente la visceral, confiere un aumen-
de morbimortalidad muy alto. Todos los pacientes con obe-
to del riesgo de morbimortalidad no sólo de origen cardio-
sidad que presenten los siguientes procesos asociados a la
vascular, sino también de otras causas como es el caso del
obesidad deberán ser considerados de alto riesgo, por lo
cáncer o la diabetes y sus complicaciones. La mayor parte
que necesitarán tratamiento intensivo de todas las enferme-
de los estudios epidemiológicos poblacionales24 observan
dades o factores de riesgo enumerados, así como del exce-
que la mortalidad empieza a aumentar cuando el IMC supe-
ra los 25 kg/m2. Las personas con un IMC superior o igual a30 kg/m2 presentan un incremento de aproximadamente
1. Enfermedad cardiovascular arteriosclerótica: infarto de
entre el 50 y el 100% tanto de la mortalidad total como de
miocardio, angina estable o inestable, historia de cirugía co-
la debida a enfermedades cardiovasculares respecto a la
ronaria, procedimientos arteriales coronarios (angioplastia),
población con un IMC de 20 a 25 kg/m2. El aumento de
enfermedad arterial periférica, aneurisma de la aorta abdo-
la mortalidad es modesto cuando el IMC se sitúa25 entre 25
minal, enfermedad arterial carotídea sintomática y enferme-
La evaluación del riesgo de morbimortalidad que comporta
2. Otras enfermedades frecuentemente asociadas a la obe-
el exceso de peso debe realizarse siempre en el contexto
sidad: DM2 o síndrome de apneas durante el sueño.
global de la historia clínica del paciente. Este cálculo delriesgo condicionará la estrategia antiobesidad que se debe
Identificación de pacientes obesos con riesgo absoluto de
seguir. El riesgo dependerá especialmente del exceso de
morbimortalidad alto. La pérdida de peso y el control meta-
peso, la distribución de la grasa corporal, la presencia
bólico de las comorbilidades deben ser el eje esencial del
de factores de riesgo cardiovascular y otras comorbilidades.
tratamiento de las situaciones que a continuación se descri-
Ante un paciente con exceso de peso, el clínico debe seguir
ben, las cuales requieren un control intensivo. Una pérdida
los pasos que a continuación se detallan para conocer el
del 5-10% del peso corporal se asocia a una mejoría de la
riesgo que caracteriza cada situación.
mayoría de factores de riesgo modificables26.
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 06/05/2009. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
SALAS-SALVADÓ J ET AL. CONSENSO SEEDO 2007 PARA LA EVALUACIÓN DEL SOBREPESO Y LA OBESIDAD Y EL ESTABLECIMIENTO DE CRITERIOS DE INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA
1. Un paciente obeso tendrá un riesgo cardiovascular abso-
comporta un aumento de la mortalidad en los ancianos en
comparación con los adultos. Ante esta controversia y lagran prevalencia de obesidad, y aun sabiendo que la pérdi-
a) Cuando presente 2 o más de los siguientes factores de
da de peso se asocia a una mejoría de diferentes comorbili-
dades en el anciano32, parece razonable no evaluar del mis-
– Historia familiar de enfermedad cardiovascular prematura
mo modo (en jóvenes y adultos) el riesgo que confiere la
(infarto de miocardio o muerte prematura en: a) padre o varón
obesidad. La estrategia de tratamiento del exceso ponderal
familiar de primer grado antes de los 55 años de edad, o b)
que se escoja deberá también tener en cuenta posibilidades
mujer familiar de primer grado antes de los 65 años de edad).
de éxito y riesgos atribuibles a la edad.
Criterios de intervención terapéutica
– Presión arterial sistólica de 130 mmHg o mayor, o presión
El creciente incremento de la obesidad obliga a establecer
arterial diastólica mayor o igual a 85 mmHg.
criterios de intervención en 2 campos claramente diferen-
– Cifras de colesterol unido a LDL (cLDL) de 130 mg/dl o
ciables pero complementarios entre sí: la prevención y la te-
rapéutica. Del primero se hablará en otro apartado del pre-sente documento. Respecto al tratamiento de la obesidad,
– Concentraciones de colesterol unido a lipoproteínas de
el cuándo y cómo hacerlo dependerán de tantas variables
alta densidad (cHDL) inferiores a 40 mg/dl en el varón y a
que no es fácil estandarizar un protocolo de actuación. Así,
la edad, el IMC, la distribución de la grasa corporal, la exis-
– Glucemia basal alterada (glucemia en ayunas ≥ 100
tencia de comorbilidades y el sedentarismo nos llevarán a di-
mg/dl) o valores de glucemia tras sobrecarga oral de gluco-
ferenciar las actitudes que adoptar ante el paciente obeso.
– Cifras de triglicéridos mayores de 150 mg/dl.
– Concentración de proteína C reactiva ultrasensible mayor
En las personas con peso normal, en principio, no hay una
indicación clara de intervención. Sin embargo, se ha de re-
– Edad (varones 45 años; mujeres ≥ 55 años o posmeno-
comendar a todas ellas, sobre todo a las situadas en la fran-
ja alta del grupo, el mantenimiento de hábitos saludables dealimentación y ejercicio. Especial vigilancia se mantendrá
b). Cuando presente síndrome metabólico. Según Athyros et
en este grupo cuando: a) haya una importante carga fami-
al27, el síndrome metabólico confiere un aumento del riesgo
liar de obesidad; b) el incremento ponderal haya sido exa-
independiente del grado de exceso de peso y parecido al de
gerado en el último año (> 5 kg); c) en la composición cor-
presentar DM2. Sin embargo, actualmente varios autores
poral se observe un excesivo desarrollo del componente
han demostrado que el riesgo de mortalidad cardiovascular
adiposo, especialmente abdominal (cintura de riesgo); d) la
que comporta el síndrome metabólico no es superior a la
persona sea claramente sedentaria, y e) haya alteraciones
suma del riesgo de cada uno de los factores de riesgo pre-
del metabolismo hidrocarbonado, lipídico o en la presión ar-
sentes en este síndrome. De todas maneras, la pérdida de
terial. Es importante, en este grupo, identificar a los pacien-
peso comporta una mejoría espectacular del síndrome.
tes con mayor riesgo de desarrollar obesidad e implementaren ellos las medidas de prevención.
2. Un paciente obeso tendrá un alto riesgo de cáncer: a) en mujeres posmenopáusicas con exceso de peso y ante-
cedentes personales de cáncer de mama, y b) en pacientes
(varones o mujeres) con obesidad y 2 o más de los siguien-
En esta franja del IMC, en la que está incluido alrededor de
tes factores de riesgo: antecedentes familiares de cáncer de
un 20% de la población adulta española, la visita médica es
colon, endometrio u otro cáncer de origen epitelial, aumento
obligada. Si el peso es estable, la distribución topográfica de
de peso importante durante la menopausia, hiperinsulinismo,
la grasa es femoroglútea y no hay otros factores de riesgo
resistencia a la insulina o diabetes y tabaquismo.
asociados, la intervención terapéutica desde el punto de vis-ta médico no está justificada. Si cualquiera de las citadas
Otros factores de riesgo cardiovascular y factores
condiciones no se cumple, es aconsejable la intervención,
que debería limitarse a los oportunos consejos relativos a la
Hay otros factores de riesgo que deben considerarse siem-
alimentación, al ejercicio físico y a la realización de contro-
pre que exista exceso de peso u obesidad abdominal. Entre
dichos factores de riesgo cabría resaltar los siguientes: a) sedentarismo; b) valores de ácido úrico elevados; c) valo-
res altos de homocisteína; d) valores altos de lipoproteína
(a); e) partículas LDL pequeñas y densas, y f) aumento de
En esta franja de IMC empieza a observarse un ligero incre-
mento de la comorbilidad y mortalidad asociado a la acu-mulación adiposa, especialmente si ésta es de tipo central.
En este grupo poblacional, la visita y valoración médica son
Varios estudios indican que el riesgo relativo de mortalidad
obligadas. Si el peso es estable, la distribución topográfica
asociado al IMC es superior en los jóvenes que en las perso-
de la grasa es femoroglútea y no hay ningún factor de riesgo
nas de edad avanzada28. Sin embargo, otros estudios no ob-
asociado, la intervención médica es opcional, aunque los
servan diferencias debidas a la edad en la mortalidad en
consejos alimentarios y sobre actividad física y el control pe-
función del grado de sobrepeso u obesidad29,30. Los resulta-
riódico son muy convenientes. Si alguna de las citadas con-
dos de un metaanálisis31 demostraron que el sobrepeso no
diciones no se cumple, el paciente debe ser tratado con el
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 06/05/2009. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
SALAS-SALVADÓ J ET AL. CONSENSO SEEDO 2007 PARA LA EVALUACIÓN DEL SOBREPESO Y LA OBESIDAD
Y EL ESTABLECIMIENTO DE CRITERIOS DE INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA
objetivo de perder un 5-10% de su peso corporal y mante-
riesgo cardiovascular mayores, como tabaquismo, hiperten-
ner estable en el futuro este nuevo peso. Para conseguir
sión arterial, concentraciones elevadas de cLDL y glucemia
este objetivo, deben utilizarse las medidas dietéticas, de au-
mento de actividad física y de modificación conductual ade-cuadas a cada paciente. Si el objetivo propuesto no se ha
Pautas de tratamiento de la obesidad
conseguido en un plazo máximo de 6 meses, puede estar
Los objetivos terapéuticos de la pérdida de peso están dirigi-
justificada la utilización de fármacos.
dos a mejorar o eliminar las comorbilidades asociadas a laobesidad y disminuir el impacto de las futuras complicacio-
nes médicas relacionadas con el exceso de peso. Bajo estas
premisas, los objetivos de adelgazamiento no deben cen-
Presenta un riesgo alto de aparición de comorbilidades. La
trarse en alcanzar el peso ideal, sino en conseguir peque-
alteración del metabolismo hidrocarbonado, en especial la
ñas pérdidas de peso (un 5-10% del peso inicial), pero
aparición de DM2, la dislipemia y la hipertensión arterial,
mantenidas a largo plazo. Entre las herramientas que tene-
es ya muy frecuente. El tratamiento de esta situación es
mos a nuestro alcance cabe mencionar los cambios en el
obligatorio. La dieta hipocalórica y el ejercicio físico perso-
estilo de vida (plan de alimentación, actividad física, modifi-
nalizados deben complementarse con el tratamiento de las
cación conductual) y la farmacoterapia. En casos de espe-
comorbilidades, que, pese a mejorar todas ellas con la pér-
cial gravedad, y en personas previamente bien selecciona-
dida de peso, podrán precisar casi todas, al menos por un
das, como después se comentará, tiene sus indicaciones la
tiempo, del uso de los fármacos correspondientes. El trata-
miento supervisado con fármacos antiobesidad puede sermuy beneficioso. Los pacientes deben ser evaluados al ini-
cio en una unidad de obesidad especializada y su segui-
En el tratamiento de la obesidad el plan de alimentación y la
miento se compartirá con los médicos de atención prima-
actividad física son pilares fundamentales para conseguir un
ria. El objetivo principal es reducir el peso al menos un
balance energético negativo. La restricción energética de
10% para que disminuya el riesgo cardiovascular. El man-
500 a 1.000 kcal/día respecto a la dieta habitual se traduce
tenimiento del peso perdido mediante el seguimiento ade-
en una pérdida ponderal de 0,5-1,0 kg/semana, lo que re-
cuado del paciente será otro objetivo fundamental tras la
presenta un promedio de un 8-10% del peso corporal inicial
a lo largo de 6 meses33,34. Esta restricción no debería com-portar un aporte calórico por debajo de 1.000-1.200 kcal/día
en mujeres y 1.200-1.600 kcal/día en varones. Dado que el
entre 35 y 39,9 kg/m2 (obesidad grado II)
objetivo es mantener la reducción ponderal a largo plazo, el
Esta situación se acompaña de una alta comorbilidad, por lo
tratamiento dietético deberá mantenerse de por vida.
que la estrategia terapéutica debe ser parecida a la del
En cuanto a la distribución de macronutrientes, existen no-
apartado anterior, aunque el objetivo propuesto debe ser in-
tables divergencias entre los porcentajes más apropiados
tentar superar la pérdida del 10% del peso corporal. Si el ci-
que administrar para conseguir una pérdida de peso eficaz
tado objetivo no se cumple en un período razonable (6 me-
a largo plazo. Las dietas bajas en hidratos de carbono han
ses) y el paciente presenta comorbilidad importante, habrá
gozado de gran popularidad por su eficacia a la hora de
que remitirlo a una unidad hospitalaria de obesidad espe-
adelgazar rápidamente. La cetosis asociada a estas dietas
cializada a fin de estudiar la posibilidad y conveniencia de
conduce a diuresis excesiva por pérdida de sodio, con dis-
otras medidas terapéuticas (dieta de muy bajo contenido
minución acusada de agua intra y extracelular, que se tra-
calórico, cirugía bariátrica, etc.).
duce en una disminución llamativa de peso. Recientemen-te, ensayos clínicos controlados han verificado que este tipo
de dietas son muy eficaces en la pérdida de peso a corto
entre 40 y 49,9 (obesidad grado III) o igual o superior
plazo (6 meses), sin repercusión en el perfil lipídico ni en la
sensibilidad a la insulina, pero a largo plazo (12 meses) laeficacia resulta similar a la de las dietas bajas en grasas35.
La obesidad grados III y IV implica gravedad, sobre todo car-
Tampoco con las dietas bajas en grasa (< 30% de la ener-
diovascular, extremadamente importante, que aún se exa-
gía) se consigue una pérdida de peso a largo plazo superior
cerba ante el fracaso terapéutico de las medidas habituales
a la de otras dietas36. Por otro lado, en el caso de la mayoría
de dieta y ejercicio. La cirugía bariátrica es con frecuencia el
de las dietas extremas, es muy importante el número de pa-
tratamiento de elección para la mayoría de estos pacientes,
cientes que las abandonan con el tiempo37. Por ello, el obje-
por lo que se les debe remitir a unidades de obesidad espe-
tivo de la planificación alimentaria es conseguir que el pa-
cializadas. En espera de la cirugía, al mejorar el pronóstico,
ciente se ciña a ella durante el mayor tiempo posible y que
si el paciente pierde peso puede estar indicado el inicio de
la variedad de alimentos que se ofrezcan permita establecer
dietas de muy bajo contenido calórico.
una planificación educativa con suficiente margen para quela persona asimile las modificaciones propuestas y cumpla
el plan dietético con el mínimo esfuerzo. De esta manera,
El objetivo principal en estos pacientes es disminuir el ries-
podremos articular mejor la contribución porcentual de los
go de enfermedad clínica arteriosclerótica y de DM2. La ac-
macronutrientes en función de las características del pa-
tuación sobre los factores modificables (exceso de peso,
ciente. Por ejemplo, ante una persona con síndrome meta-
sedentarismo y dieta aterogénica), a través de cambios sus-
bólico o diabetes mellitus, podrá primar una leve reducción
tanciales en el estilo de vida, constituye la primera línea de
del aporte de hidratos de carbono en beneficio de un mayor
tratamiento; si es necesario, se recurrirá al tratamiento far-
incremento de grasa monoinsaturada que facilite mantener
macológico cuando, tras un período prudencial, no se al-
un mejor perfil de riesgo cardiovascular y un mayor cumpli-
cancen los objetivos previstos. De manera simultánea, se
miento de la dieta38. En la tabla 6 se muestran las propor-
debe abordar con decisión el tratamiento de los factores de
ciones promedio de macronutrientes recomendadas para
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 06/05/2009. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
SALAS-SALVADÓ J ET AL. CONSENSO SEEDO 2007 PARA LA EVALUACIÓN DEL SOBREPESO Y LA OBESIDAD Y EL ESTABLECIMIENTO DE CRITERIOS DE INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA
una alimentación hipocalórica. Algunas cuestiones aún sin
calórico forman parte de las estrategias terapéuticas para el
resolver, como la prescripción de dietas moderadamente hi-
mantenimiento del peso perdido, pero una discusión deta-
perproteínicas durante las fases de mantenimiento del peso
llada escapa a los propósitos de este documento.
perdido o la influencia de los alimentos con mayor índiceglucémico o carga glucémica sobre el peso corporal, no nos
permiten establecer recomendaciones en este documento
La actividad física y el ejercicio son componentes del manejo
hasta que dispongamos de evidencias más concluyentes.
de la pérdida de peso, inexcusablemente junto a un plan de
Obviamente, el plan de alimentación debe ser individualiza-
alimentación estructurado, ya que la práctica de ejercicio fí-
do para respetar los gustos personales que sean compatibles
sico de forma aislada como tratamiento de la obesidad no
con la consecución de una reducción calórica. La prescrip-
parece tener un papel destacado en la pérdida de peso41-43,
ción de la dieta deberá hacerse a partir de una anamnesis
aunque resulten incuestionables sus efectos beneficiosos so-
completa y adecuándola al peso, edad, sexo, enfermedades
bre el riesgo cardiovascular y la salud en general (tabla 7).
asociadas, trabajo, vida social y laboral, gustos y horarios,
Por ello, diversas sociedades científicas recomiendan que los
clima y actividad física del paciente. Para facilitar el segui-
adultos deberían realizar al menos 30 min diarios de activi-
miento de la dieta pueden emplearse diversas estrategias,
dad física de intensidad moderada, preferentemente todos
como, por ejemplo, reducir la densidad energética de la die-
los días de la semana44,45. Sin embargo, estas recomenda-
ta, controlar el volumen de las raciones, seguir planes de ali-
ciones no se ajustan a las necesidades de los pacientes obe-
mentación preestablecidos o sustituir algunas comidas me-
sos que quieran adelgazar y mantener el peso conseguido a
largo plazo. En este contexto, la Asociación Internacional
Dietas de muy bajo contenido calórico. Son las que aportan
para el Estudio de la Obesidad (IASO) hace 2 recomendacio-
entre 400 y 800 kcal, habitualmente en forma de prepara-
nes46: la primera hace referencia a la necesidad de realizar
dos comerciales que puedan cubrir las necesidades proteí-
45-60 min de actividad física diaria (315-420 min/semana)
nicas y todos los requerimientos de vitaminas y minerales.
como acción preventiva para evitar que las personas con so-
Deben emplearse bajo estricto control médico, durante un
brepeso puedan evolucionar hacia la obesidad, y la segunda,
período no superior a 16 semanas, en pacientes con obesi-
que va dirigida a las etapas de mantenimiento del peso per-
dad mórbida en quienes interese reducir el peso de manera
dido, propone dedicar de 60 a 90 min diarios (420-630
rápida, con el objetivo de disminuir el impacto de las co-
min/semana) a la realización de actividad física de intensi-
morbilidades asociadas en su calidad de vida39. La pérdida
dad moderada, para evitar la recuperación del peso perdido.
de peso conseguida a largo plazo (un año) es similar a la
Estas recomendaciones han quedado refrendadas por otras
obtenida con dietas hipocalóricas convencionales39,40. Las
entidades sanitarias y sociedades científicas45,47,48.
dietas de sustitución con productos de muy bajo contenido
Muchas personas con obesidad que llevan una vida seden-taria manifiestan escaso interés o habilidad para iniciar unaactividad física. Por esta razón, se debe plantear comenzar
con un plan de actividad física lento pero progresivo, duran-
Distribución porcentual de energía y nutrientes
te varias semanas, hasta alcanzar los objetivos planteados. en la planificación de una alimentación hipocalórica
Como primera medida, conviene reducir el sedentarismo,fomentando el incremento de las actividades cotidianas que
Déficit de 500-600 kcal sobre las Energía estimaciones basales obtenidas mediante
generen un gasto calórico (utilizar transporte público, subir
fórmulas o sobre la dieta habitual
tramos de escaleras, caminatas, etc.). A medida que la per-
sona pierde peso y aumenta su capacidad funcional, pue-
den incrementarse tanto la intensidad como el tiempo de
dedicación a estas actividades, hasta alcanzar un mínimo
de 45-60 min diarios. Sin embargo, a fin de que la actividad
física sea eficaz para adelgazar y/o mantener la pérdida
ponderal a largo plazo, es necesario que se realice con una
determinada intensidad o esfuerzo. Sólo los ejercicios deactividad moderada o intensa, como caminatas a paso rápi-do, natación, bicicleta, gimnasia aeróbica, deportes (tenis,baloncesto, fútbol), etc., permiten alcanzar dicho objetivo.
TABLA 7 Beneficios de la realización de actividad física
Cambios en el estilo de vida y tratamiento psicológico y/o psiquiátrico
Favorece la pérdida de peso junto a un programa de alimentación
Consisten en establecer una serie de técnicas o habilidades
Ayuda a mantener el peso perdidoContribuye a la prevención del sobrepeso y la obesidad, tanto en niños
para modificar los patrones alimentarios, el grado de activi-
dad física y las falsas creencias que contribuyen al exceso
Mejora el perfil lipídico (disminución de las concentraciones de
de peso; en definitiva, se trata de convencer al paciente de
triglicéridos y colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad, e incremento de los valores de colesterol unido a lipoproteínas de alta
los beneficios que implica adoptar un estilo de vida saluda-
ble49,50. El programa de adelgazamiento debe incluir los re-
Mejora la sensibilidad a la insulina, el metabolismo de la glucosa y el
gistros alimentarios (y las situaciones en que se producen) y
control metabólico de las personas con diabetes
de actividad física como herramientas principales de la psi-
Previene las enfermedades cardiovascularesMantiene la integridad de la densidad ósea
coterapia conductual. En estos planteamientos es conve-
Mejora el control de la presión arterial en personas hipertensas
niente contar con la colaboración de profesionales de la nu-
Tiene efectos psicológicos positivos: aumenta la autoestima, disminuye
trición, psicólogos o preparadores físicos, que ayuden a
Disminuye el riesgo de enfermedad biliar asintomática
implementar los programas de adelgazamiento trabajando
Disminuye el depósito de grasa abdominal
en un entorno tanto individual como grupal. La psicoterapia
conductual intensiva de cambios en el estilo de vida, espe-
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 06/05/2009. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
SALAS-SALVADÓ J ET AL. CONSENSO SEEDO 2007 PARA LA EVALUACIÓN DEL SOBREPESO Y LA OBESIDAD
Y EL ESTABLECIMIENTO DE CRITERIOS DE INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA
cialmente en un contexto grupal, ha demostrado claramente
El orlistat se ha asociado a una disminución de los factores
su superioridad frente a los programas de tratamiento con-
de riesgo cardiovascular; reduce las concentraciones de
vencionales con dieta, fármacos y visitas programadas de
proteína C reactiva, la lipemia posprandial y los valores
manera sistemática en la práctica clínica51.
de citocinas proinflamatorias, e incrementa las concentra-
La atención psicológica y/o psiquiátrica individual es otro de
los puntos importantes que deben considerarse en el trata-
Los efectos secundarios del orlistat son los derivados de su
miento de la obesidad. Las personas obesas presentan con
propio mecanismo de acción. Los más habituales son flatu-
más frecuencia trastornos afectivos relacionados con una
lencia, manchado oleoso, gases con emisión fecal, urgencia
baja autoestima, distorsión del esquema corporal, dificultad
fecal, deposiciones grasas/oleosas, evacuación oleosa, au-
en las relaciones sociales y laborales. A menudo estos sínto-
mento del número de deposiciones e incontinencia fecal.
mas derivan en una mayor prevalencia de alteraciones de-
Aunque afectan a un 90% de los pacientes que siguen el
presivas y trastornos del comportamiento alimentario, lo que
tratamiento, no suelen ser causa de abandono de la medi-
entorpece cualquier planificación enfocada a modificar el es-
cación, ya que los efectos suelen reducirse pasadas las pri-
tilo de vida. Es conveniente identificar estos síntomas o situa-
meras semanas de tratamiento. El orlistat interfiere en la
ciones personales de conflicto, con la finalidad de que
absorción de vitaminas liposolubles, disminuyendo sus con-
el paciente inicie un tratamiento psicológico o psiquiátrico de
centraciones dentro del intervalo de la normalidad, lo que
apoyo, antes de comenzar un programa de pérdida de peso.
puede contrarrestarse con una alimentación adecuada58; es
Aun así, la eficacia a largo plazo del tratamiento integral de
excepcional la necesidad de recurrir a una suplementación
la obesidad mediante cambios en el estilo de vida y el ejer-
cicio físico es limitada, aunque posiblemente superior a la
Debido a la seguridad y eficacia del orlistat, está aprobado
de estrategias terapéuticas aisladas que no intentan modifi-
su empleo en adolescentes a partir de los 12 años.
car el estilo de vida a largo plazo.
Sibutramina. La sibutramina, que se introdujo como fárma-
co para el tratamiento de la obesidad en 1997, es una ami-na terciaria que inhibe selectivamente la recaptación
La indicación de farmacoterapia en la obesidad debe regirse
de noradrenalina y serotonina. En humanos produce una
por los siguientes criterios: a) no debe utilizarse como trata-
pérdida de peso significativa, que depende de la dosis, por
miento aislado, sino de forma complementaria a los trata-
aumento de la sensación de saciedad y disminución del
mientos básicos de plan de alimentación, actividad física y
apetito, y presenta una buena tolerancia con la dosis habi-
cambios en el estilo de vida, y b) su indicación está limitada a
tual de 10 y 15 mg/día. También se ha descrito un poten-
pacientes con IMC mayor de 30 kg/m2, o mayor de 27 kg/m2
cial efecto termogénico que, en voluntarios sanos, a dosis
si se asocian comorbilidades mayores y cuando no se han
de 20 mg/día, se ha estimado en un 3-5% del gasto ener-
alcanzado los objetivos de pérdida de peso únicamente con
los cambios en el estilo de vida. En la actualidad dispone-
Su eficacia para el adelgazamiento se ha evaluado reciente-
mos de 2 especialidades farmacológicas aprobadas para su
mente a partir de revisiones sistemáticas55,56,66. La sibutra-
empleo en la obesidad (el orlistat y la sibutramina), si bien
mina, junto con dieta, ejercicio y modificación del estilo de
en un breve plazo de tiempo, rimonabant estará probable-
vida, produce una pérdida de peso superior al placebo
mente disponible como una nueva opción terapéutica.
de –4,5 kg en ensayos a largo plazo, incluso en pacientes
Orlistat. Es un potente inhibidor de las lipasas gástrica y
con DM2, en quienes la pérdida ponderal con medidas con-
pancreática, que impide la hidrólisis de los triglicéridos pro-
vencionales es muy escasa. La sibutramina también se ha
venientes de la dieta, reduciendo su absorción en una pro-
mostrado muy eficaz en el tratamiento de los trastornos por
porción del 30%, lo que contribuye a desarrollar un balance
atracón67 y en asociación a dietas de muy bajo contenido
calórico negativo52. Los metaanálisis muestran que el orlistat
produce una pérdida de peso entre 2,8 y 3,2 kg mayor que
La pérdida de peso asociada a la sibutramina se acompaña
el placebo53-56, si bien su efectividad es algo menor en las
de incrementos de las concentraciones de cHDL y reduc-
personas con DM253,57. La seguridad y eficacia de este fár-
ción de las de triglicéridos, pero sin modificar las cifras de
maco a largo plazo están refrendadas por el estudio XEN-
colesterol total70. Los valores de presión arterial sistólica se
DOS (Xenical in the prevention of Diabetes in Obese Sub-
incrementan en 2-3 mmHg, los de la presión arterial diastó-
jects)58, de 4 años de duración, donde se observó que el
lica en 1-2 mmHg y la frecuencia cardíaca en 4 lat/min
orlistat era capaz de reducir la incidencia global de DM2 en
como promedio53,54; no obstante, cuando las pérdidas de
un 37% y de mantener una proporción de pérdida de peso
peso son superiores al 5%, estos efectos sobre la presión
superior a la del placebo al final de ese largo período de se-
arterial quedan contrarrestados con la disminución del
guimiento (diferencia porcentual del 68% frente a placebo).
peso71. Como precaución se recomienda interrumpir el tra-
El interés actual del orlistat se centra en las acciones que
tamiento cuando en 2 visitas consecutivas se determine un
ejerce más allá de la simple pérdida de peso. Se han cons-
incremento de más de 10 lat/min y/o de la presión arterial
tatado reducciones acusadas de las concentraciones de
sistólica o diastólica de más de 10 mmHg.
cLDL en una proporción superior a la que se esperaría para
Aunque se ha demostrado que la sibutramina no se asocia
una determinada pérdida de peso. La inhibición del 25% de
a hipertensión pulmonar ni disfunción de las válvulas car-
la absorción intestinal del colesterol por orlistat es la respon-
díacas, como sucedió con la dexfenfluramina, ni hay evi-
sable de esta acción59. El menor flujo de lípidos y ácidos gra-
dencia de la posibilidad de una mayor incidencia de even-
sos libres desde el intestino se ha asociado a una reducción
tos cardiovasculares, las dudas surgidas hace unos años
del contenido de grasa visceral un 44% superior a la apre-
respecto a esta posible asociación han suscitado algunas
ciada para la misma pérdida de peso sin orlistat59-61. La dis-
reticencias en su prescripción en la práctica clínica habi-
minución del contenido lipídico en los tejidos sensibles a la
tual. Con la finalidad de conocer la posible asociación entre
insulina (músculo e hígado) contribuye a mejorar la capta-
la pérdida de peso inducida por la sibutramina y el riesgo
ción de glucosa en dichos tejidos62, así como a producir una
cardiovascular, el estudio SCOUT (Sibutramine Cardiovas-
mejoría en la esteatosis hepática asociada a la obesidad63.
cular Morbidity/Mortality Outcomes Trial), que actualmente
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 06/05/2009. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
SALAS-SALVADÓ J ET AL. CONSENSO SEEDO 2007 PARA LA EVALUACIÓN DEL SOBREPESO Y LA OBESIDAD Y EL ESTABLECIMIENTO DE CRITERIOS DE INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA
está en marcha, será el primero en analizar el efecto de un
peso indican una acción del rimonabant en tejidos periféri-
fármaco indicado para la obesidad sobre la mortalidad car-
cos, controlando así las variables metabólicas de riesgo car-
diovascular asociadas a la obesidad77. Como consecuencia
Los efectos secundarios más frecuentes (> 5%) que se aso-
de estas acciones, el porcentaje de pacientes con síndrome
cian a la sibutramina son sequedad bucal, estreñimiento,
metabólico se redujo en un 52%, en comparación con el
insomnio y cefaleas. Su uso está contraindicado en pacien-
tes con glaucoma de ángulo estrecho o hipertrofia benigna
Los efectos adversos del rimonabant son escasos y se rela-
de próstata avanzada con síndrome miccional. En principio
cionan con el bloqueo de los receptores cannabinoides tipo
no está recomendado su empleo en personas con enferme-
1; náuseas, diarreas y trastornos del ánimo o ansiedad son
dad coronaria, arritmias, accidente cerebrovascular e hiper-
Productos alternativos no farmacológicos. Recientemente se
Rimonabant. De próxima comercialización, el rimonabant es
han publicado revisiones sistemáticas sobre los suplemen-
un nuevo fármaco para el tratamiento de la obesidad y las
tos de plantas para adelgazar78,79. Entre las que se han eva-
complicaciones metabólicas asociadas. Es un antagonista
luado cabe mencionar el chitosán, picolinato de cromo, Ep-
de los receptores de cannabinoides tipo 1, que se encuen-
hedra sinica o Ma Huang (contiene efedrina), Garcinia
tran ampliamente distribuidos por el organismo. En la obesi-
cambogia, glucomanano, goma guar, hidroximetilbutirato,
dad el sistema endocannabinoide está sobreexpresado, y el
Plantago psyllium, piruvato, yerba mate y yohimbina. Ningu-
bloqueo de estos receptores en el hipotálamo y núcleo ac-
na de estas sustancias ha demostrado eficacia y/o seguri-
cumbens, así como en el tracto gastrointestinal, produce
dad de empleo en el control del exceso de peso a medio o
una disminución del apetito y de la ingestión de alimentos;
largo plazo, de modo que, considerando el riesgo/beneficio
por otro lado, el bloqueo de los receptores localizados en los
de estos productos, con la información actualmente dispo-
tejidos adiposo, hepático y músculo esquelético comporta
nible no se recomiendan en el tratamiento de la obesidad.
una mejoría de la sensibilidad a la insulina y de la dislipe-mia aterogénica que se asocian a la obesidad72.
Los estudios clínicos en fase III realizados en 6.600 pacien-
Disponemos de evidencias de que la cirugía bariátrica es un
tes con obesidad (estudios RIO [Rimonabant in Obesity]) ya
tratamiento eficaz a largo plazo, respecto a otras medidas
han finalizado y disponemos de los resultados más relevan-
convencionales, en el tratamiento de la obesidad mórbida,
tes73-76. En los ensayos clínicos de un año de duración RIO-
con reducciones significativas de las comorbilidades asocia-
Europe, RIO-Lipids y RIO-NorthAmerica73-75, el rimonabant,
das a la obesidad80-84. Existe unanimidad en que las indica-
a una dosis de 20 mg/día, consiguió reducir el peso corpo-
ciones deben quedar limitadas a personas con IMC mayor
ral en 8,6 kg (3,6 kg en el grupo placebo) y el perímetro de
de 40 kg/m2, o mayor de 35 kg/m2 en presencia de comor-
la cintura en 8,5 cm. En el ensayo RIO-Diabetes76, la pérdi-
bilidades mayores, pero es preciso que el paciente reúna
da de peso fue menor (5,3 frente a 1,4 kg del grupo place-
ciertos requisitos de estabilidad psicológica y acepte com-
bo), pero con una mejoría de 0,6 puntos en las concentra-
promisos para el seguimiento a fin de garantizar un éxito a
ciones de hemoglobina glucosilada. En los 4 estudios se
largo plazo (tabla 8). No cabe duda de que este tratamiento,
aprecia un incremento significativo de las concentraciones
tremendamente complejo y no exento de riesgos, debe
de cHDL (un 10% respecto a placebo), además de una dis-
comportar la necesidad de contar con un equipo multidisci-
minución de las concentraciones de triglicéridos (propor-
plinario, así como el establecimiento de los requisitos míni-
ción de un 15% más que placebo). Del mismo modo, se ha
mos acerca de la idoneidad de los equipos e instalaciones
objetivado una disminución significativa de las concentra-
quirúrgicas que garanticen, dentro de lo posible, una baja
ciones plasmáticas de proteína C reactiva e insulina, así
tasa de morbilidad (< 10%) y de mortalidad (< 1%) anua-
como incrementos de los valores de adiponectina (45%), en
les. Estas consideraciones se han plasmado ampliamente
una proporción del doble de lo esperado para una pérdida
en un documento de consenso publicado por la SEEDO y
de peso similar. Estas acciones adicionales a la pérdida de
Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad (SECO)85. Las técnicas quirúrgicas para el tratamiento de la obesidad
mórbida pueden agruparse en 3 categorías:
Criterios de selección de pacientes con obesidad mórbida
1. Técnicas restrictivas, como la gastroplastia vertical anilla-
candidatos a cirugía bariátrica
da y la banda gástrica ajustable. La primera se encuentra
actualmente en desuso debido a la mala calidad de vida en
Índice de masa corporal ≥ 40 kg/m2, o ≥ 35 kg/m2 con comorbilidades
un alto porcentaje de los pacientes y a que los resultados a
mayores asociadas, susceptibles de mejorar tras la pérdida ponderal
largo plazo son modestos, pues más del 30% de los pacien-
Evolución de la obesidad mórbida > 5 años
tes precisa reconversiones de la cirugía86,87. La colocación
Fracasos continuados de tratamientos convencionales supervisadosAusencia de trastornos endocrinos que sean causa de la obesidad
de una banda gástrica mediante abordaje por vía laparoscó-
pica permite reducir el número de complicaciones, pero los
resultados sobre el peso corporal a largo plazo son similares
Ausencia de abuso de alcohol o drogas Ausencia de alteraciones psiquiátricas mayores (esquizofrenia, psicosis),
a los obtenidos con la gastroplastia vertical anillada88,89. Las
retraso mental, trastornos del comportamiento alimentario (bulimia
técnicas restrictivas sólo estarían justificadas en casos muy
seleccionados, con IMC entre 35 y 40 kg/m2 y con alto nivel
Capacidad para comprender los mecanismos por los que se adelgaza con
la cirugía y entender que no siempre se alcanzan buenos resultados
de comprensión para adaptarse a las rígidas exigencias que
Comprender que el objetivo de la cirugía no es alcanzar el peso ideal
esta modalidad quirúrgica implica85.
Compromiso, por parte del paciente, de observar las normas de
2. Técnicas mixtas, con componente restrictivo y malabsor-
seguimiento tras la operación quirúrgica
tivo. Están representadas por el bypass gástrico, que es ac-
Consentimiento informado después de haber recibido toda la información
tualmente la técnica de referencia en cirugía bariátrica. Esta
Las mujeres en edad fértil deberían evitar la gestación al menos durante
técnica permite que el paciente tenga una buena calidad de
vida, con pérdidas notables de peso que se mantienen a
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 06/05/2009. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
SALAS-SALVADÓ J ET AL. CONSENSO SEEDO 2007 PARA LA EVALUACIÓN DEL SOBREPESO Y LA OBESIDAD
Y EL ESTABLECIMIENTO DE CRITERIOS DE INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA
largo plazo (un 60-75% del exceso de peso)90,91. El acceso
dir consejos dietéticos, fomentar el ejercicio físico y procu-
por vía laparoscópica, en manos experimentadas, ha permi-
rar cambios saludables en los hábitos de la población. El
tido incrementar la oferta de este tratamiento a perso-
abordaje práctico de dichos programas contempla 3 planos
nas con obesidad mórbida, con reducción de la estancia
de actuación: uno dirigido a toda la población (prevención
media y la práctica desaparición de las complicaciones pa-
universal), otro dirigido a grupos de población con mayor
rietales92,93. Las complicaciones quirúrgicas, médicas y nu-
riesgo (prevención selectiva) y el último dirigido a personas
tricionales son escasas y de fácil resolución85.
de alto riesgo (prevención indicada). Entre los grupos de
3. Técnicas malabsortivas, que están indicadas en personas
riesgo que deben considerarse en la prevención selectiva
con IMC mayor de 45-50 kg/m2. Ofrecen buena calidad de
se encuentran no sólo quienes presentan sobrepeso y obe-
vida, con pérdidas importantes de peso a largo plazo (un
sidad, aumento progresivo de peso o distribución central
70-85% del exceso de peso), pero con un coste metabólico
de la grasa corporal, sino también los obesos que han adel-
importante originado por importantes deficiencias nutricio-
gazado, personas con cambios cíclicos de peso y quienes
nales que hay que vigilar de cerca. Desde las descripciones
presentan alteraciones que predispongan a la obesidad o
clásicas de las derivaciones biliopancreáticas de Scopinaro
reciban ciertos tratamientos como glucorticoides, antihista-
et al94, en nuestro país se están introduciendo variantes téc-
mínicos o algunos psicofármacos. Dada la importancia de
nicas que contribuyen a minimizar en gran medida las com-
los factores genéticos y ambientales, la prevención selecti-
va también deberá dirigirse a grupos con predisposición fa-miliar a la obesidad y al sedentarismo, factores de riesgo
Las complicaciones quirúrgicas más frecuentes e inheren-
ambientales (bajo nivel sociocultural, falta de disponibilidad
tes a la propia cirugía bariátrica incluyen dehiscencia de su-
de frutas y vegetales), con hábitos nutricionales incorrectos
turas, úlcera marginal, comunicación gastrogástrica, esteno-
o los antiguos fumadores. Son períodos de la vida críticos
sis de la anastomosis gastroyeyunal o eventración (25-50%)
la gestación, la infancia, la adolescencia104-107 y la meno-
en cirugías abiertas. Entre las complicaciones médicas se
encuentran los vómitos, diarreas, síndrome de evacuación
Los ámbitos de actuación para prevenir la obesidad incluyen
gástrica rápida (dumping) y las relacionadas con la malab-
prácticamente toda la sociedad: la familia108, las escuelas e
sorción de proteínas y vitaminas. Por ello, el seguimiento de
institutos de enseñanza109-112, las residencias de ancianos,
las pautas alimentarias y la suplementación diaria con com-
los centros de trabajo, los centros sanitarios, las empresas
plejos de vitaminas y minerales (en especial hierro, calcio y
alimentarias y deportivas, los medios de difusión y comuni-
y D) deben formar parte de la educación nu-
cación, incluido internet110,113,114, las sociedades científicas,
tricional que necesariamente deben recibir estos pacientes
y la mayoría de las instituciones públicas. Por parte de estas
tras la cirugía y del seguimiento analítico periódico para
últimas, no sólo son necesarias medidas legislativas concre-
tas que delimiten marcos de actuación adecuados en todoslos órdenes (industria, agentes educativos, comercio y con-
Otras opciones de tratamiento de la obesidad mórbida
sumo), sino que además es preciso que se incentive econó-micamente el consumo de ciertos alimentos saludables o la
Balón intragástrico. Esta modalidad terapéutica consiste en
realización de actividad física, cuya rentabilidad en cuanto a
la colocación endoscópica de un balón relleno de suero sali-
resultados habría de valorarse en cada caso115.
no o aire en la cavidad gástrica, con la finalidad de reducir
En mayo de 2004, la 57.ª Asamblea Mundial de la Salud
sensiblemente la capacidad para la ingestión de alimentos;
de la OMS aprobó la Estrategia Mundial sobre Régimen
en consecuencia, se alcanzan pérdidas promedio de 15 a
Alimentario, Actividad Física y Salud, en la que formula re-
20 kg durante un período de 6 meses98-101. La ausencia de
comendaciones para los Estados miembros, sociedades in-
datos disponibles a largo plazo, una vez retirado el balón, y
ternacionales, organizaciones de la sociedad civil y organi-
los posibles efectos secundarios y complicaciones descritas
zaciones no gubernamentales, así como para el sector
relegan esta técnica a casos excepcionales, de aplicación li-
privado116. Sus objetivos principales se resumen en los si-
mitada en el tiempo, donde han fracasado medidas intensi-
guientes: reducir los factores de riesgo y morbilidad, promo-
vas dietéticas y farmacológicas, y al mismo tiempo las opcio-
ver la concienciación y conocimiento general, y fomentar
nes quirúrgicas pueden representar un riesgo no asumible
planes políticos de actuación y seguimiento de la investiga-
Marcapasos gástrico. Consiste en la colocación de un elec-
El Ministerio de Sanidad y Consumo español presentó en el
troestimulador bipolar tunelizado en la curvatura menor gás-
año 2005 la estrategia para la Nutrición, Actividad Física y
trica, cerca del píloro, en la capa seromuscular de la pared
Prevención de la Obesidad (NAOS), en colaboración y co-
gástrica, mediante acceso laparoscópico. Permite reducir la
ordinación con las comunidades autónomas. Propone
ingesta debido a una sensación de plenitud producida por
como meta fundamental «fomentar una alimentación salu-
un retraso en el vaciamiento gástrico y/o alteraciones de la
dable y promover la actividad física para invertir la tenden-
motilidad intestinal103. En la actualidad, ante la escasez de
cia ascendente de la prevalencia de la obesidad y, con ello,
evidencias clínicas sobre su efectividad, este tratamiento
reducir sustancialmente la morbilidad y mortalidad atribui-
debe enmarcarse en el ámbito de los ensayos clínicos con-
bles a las enfermedades crónicas»117. En la tabla 9 se se-
ñalan los objetivos principales de este proyecto. Para lo-grarlos pretende crear un entorno que propicie un cambiodecidido y sostenido hacia una alimentación más saludable
Prevención de la obesidad
y la realización regular de actividad física mediante reco-
Los objetivos principales de la prevención de la obesidad son
mendaciones, acuerdos voluntarios y autorregulación, si
disminuir el desarrollo de sobrepeso en personas en riesgo
bien en algunos ámbitos estas medidas podrán ir acompa-
con peso normal, evitar que quien presenta sobrepeso llegue
ñadas de iniciativas normativas y dirigidas al ámbito fami-
a ser obeso e impedir la ganancia de peso en las personas
liar y comunitario, escolar, empresarial y sanitario. Para
con sobrepeso u obesidad que han conseguido adelgazar.
perdurar en el tiempo, cualquier estrategia implica la revi-
Los programas de prevención de la obesidad han de difun-
sión y adaptación de las actuaciones, por lo que se propo-
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 06/05/2009. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
SALAS-SALVADÓ J ET AL. CONSENSO SEEDO 2007 PARA LA EVALUACIÓN DEL SOBREPESO Y LA OBESIDAD Y EL ESTABLECIMIENTO DE CRITERIOS DE INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA
11. Aranceta Bartrina J, Serra Majem L, Ribas Barba L, Pérez Rodrigo C.
Factores determinantes de la obesidad en la población infantil y juvenil
Objetivos principales de la estrategia Nutrición,
española. En: Serra Majem L, Aranceta Bartrina J, editores. Obesidadinfantil y juvenil. Estudio enKid. Barcelona: Editorial Masson; 2001. p. Actividad Física y Prevención de la Obesidad (NAOS)
12. Aranceta J, Pérez-Rodrigo C, Serra-Majem L, Ribas L, Quiles-Izquierdo
Fomentar políticas y planes de acción destinados a mejorar los hábitos
J, Vioque J, et al. Influence of sociodemographic factors in the preva-
alimentarios y aumentar la actividad física en la población. Estas
lence of obesity in Spain. The SEEDO’97 Study. Eur J Clin Nutr.
políticas deberán ser sostenibles, integrales y buscar una amplia
13. Gutiérrez-Fisac JL, Regidor E, Banegas Banegas JR, Rodríguez Artalejo
Sensibilizar e informar a la población del impacto positivo que, para su
F. The size of obesity differences associated with educational level in
salud, tienen una alimentación equilibrada y la práctica regular de
Spain, 1987 and 1995/97. J Epidemiol Community Health. 2002;
Promover la educación nutricional en el medio familiar, escolar y
14. Onat A, Avci GS, Barlan MM, Uyarel H, Uzunlar B, Sansoy V. Measu-
res of abdominal obesity assessed for visceral adiposity and relation to
Estimular la práctica de la actividad física regular en la población, y
coronary risk. Int J Obes Relat Metab Disord. 2004;28:1018-25.
15. Grundy SM, Cleeman JI, Daniels SR, Donato KA, Eckel RH, Franklin
Propiciar un marco de colaboración con las empresas del sector
BA, et al. Diagnosis and management of the metabolic syndrome. An
alimentario para promover la producción y distribución de productos
American Heart Association/National Heart, Lung, and Blood Institute
que contribuyan a una alimentación más sana y equilibrada
Scientific Statement. Circulation. 2005;112:2735-52.
Sensibilizar a los profesionales del Sistema Nacional de Salud para
16. Alberti KGMM, Zimmet P, Shaw J, for the IDF Epidemiology Task Force
impulsar la detección sistemática de la obesidad y el sobrepeso en la
Consensus Group. The metabolic syndrome – A new worldwide difini-
Realizar el seguimiento de las medidas propuestas y la evaluación de los
17. García-Lorda P, Bulló M, Balanzà R, Salas-Salvadó J. C-reactive pro-
resultados obtenidos a través de la estrategia
tein, adiposity and cardiovascular risk factors in a Mediterranean popu-lation. Int J Obes. 2006;30:468-74.
18. Eckel RH, Grundy SM, Zimmet PZ. The metabolic syndrome. Lancet.
ne la creación de un Observatorio de la Obesidad que
19. Ford ES, Giles WH, Dietz WH. Prevalence of the metabolic syndrome
cuantifique y analice periódicamente su prevalencia en la
among US adults: findings from the third National Health and Nutrition
población española y mida los progresos obtenidos en la
Examination Survey. JAMA. 2002;287:356-9.
20. Martínez-Larrad MT, Fernández-Pérez C, Sánchez JL, López A, Fer-
nández-Álvarez J, Riviriego J, et al. Prevalencia del síndrome metabóli-co (criterios ATP-III). Estudio de base poblacional en áreas rural y ur-bana de la provincia de Segovia. Med Clin (Barc). 2005;125:481-6. Grupo colaborativo de la SEEDO.
21. Lorenzo C, Serrano-Ríos M, Martínez-Larrad MT, Gabriel R, Williams K,
Gómez-Gerique JA, et al. Central adiposity determines prevalence dif-
Comisión de redacción: Jordi Salas-Salvadó, Miguel A. Rubio,
ferences of the metabolic syndrome. Obes Res. 2003;11:1480-7.
Montserrat Barbany, Basilio Moreno, Javier Aranceta, Diego Bellido,
22. Álvarez León EE, Ribas Barba L, Serra Majem L. Prevalencia del sín-
Vicente Blay, Rafaelle Carraro, Xavier Formiguera, Màrius Foz, Pe-
drome metabólico en la población de la Comunidad Canaria. Med Clin(Barc). 2003;120:172-4.
dro de Pablos, Pedro Pablo García-Luna, José Luis Griera, Martín
23. Ascaso JF, Romero P, Real JT, Lorente RI, Martínez-Valls J, Carmena
López de la Torre, José Alfredo Martínez, Xavier Remesar, Javier
R. Abdominal obesity, insulin-resistance, and metabolic syndrome in a
southern European population. Eur J Intern Med. 2003;14:101-6.
Expertos que han aportado enmiendas al documento: Antonio Alas-
24. Troiano RP, Fronguillo EA Jr, Sobal J, Levitsky DA. The relationship
trué, Mariá Alemany, José Antonio Fernández, Andreu Palou y Ca-
between body weight and mortality: a quantitative analysis of combinedinformation from existing studies. Int J Obes Relat Metab Disord.
25. Manson JE, Stampfer MJ, Hennekens CH, Willet WC. Body weight and
longevity. A reassessment. JAMA. 1987;257:353-8.
26. Bautista-Castaño I, Molina-Cabrillana J, Montoya-Alonso JA, Serra-Ma-
gem L. Factores de riesgo cardiovascular en el sobrepeso y la obesi-dad: variaciones tras tratamiento de pérdida ponderal. Med Clin(Barc). 2003;121:485-91. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
27. Athyros VG, Mikhailidis DP, Papageorgiou AA, Didangelos TP, Gonata-
1. Bray G, Bouchard C, James WPT. Definitions and proposed current
kis ES, Symeonidis AN, et al. Prevalence of atherosclerotic vascular di-
classifications of obesity. En: Bray G, Bouchard C, James WPT, editors.
sease among subjects with the metabolic syndrome with or without dia-
Handbook of obesity. New York: Marcel Dekker; 1998. p. 31-40.
betes melliuts: the METSGREECE multicentre study. Curr Med Res
2. Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). Consenso
español 1995 para la evaluación de la obesidad y para la realización
28. Stevens J, Cai J, Pamuk ER, Williamson DF, Wood JL. The effect of age
de estudios epidemiológicos. Med Clin (Barc). 1996;107:782-7.
on the association between body-mass index and mortality. N Engl J
3. WHO. Programme of Nutrition, Family and Reproductive Health. Obe-
sity. Preventing and managing the global epidemic. Report of a WHO
29. Ajani UA, Loufo PA, Gaziano JM, Lee IM, Spelsberg A, Buring JE, et al.
consultation on obesity. Geneva, 3-5 June, 1997. Geneva: WHO; 1998.
Body mass index and mortality among US male physicians. Ann Epide-
4. Cole TJ, Bellizi MC, Flegal KM, Dietz WH. Establishing a standard defi-
nition for child overweight and obesity worldwide: international survey.
30. Blackberry I, Kouris-Blazos A, Wahlqvist ML, Steen B, Lukito W, Horie
Y. Body mass index is not a significant predictor of survival amongst ol-
5. Serra-Majem L, Ribas Barba L, Aranceta Bartrina J, Pérez Rodrigo C,
der people. Asia Pac J Clin Nutr. 2004;13 Suppl:137.
Saavedra Santana P, Peña Quintana L. Obesidad infantil y juvenil en
31. Heiat A, Vaccarino V, Krumholz HM. An evidence-based assessment of
España. Resultados del estudio enKid (1998-2000). Med Clin (Barc).
federal guidelines for overweight and obesity as they apply to elderly
persons. Arch Intern Med. 2001;16:1194-203.
6. Aranceta Bartrina J, Serra Majem L, Pérez Rodrigo C, Foz Sala M, Mo-
32. Elia M. Obesity in the elderly. Obes Res. 2001;9 Suppl 4:244-8.
reno Esteban B y Grupo Colaborativo SEEDO. Prevalencia de obesidad
33. National Heart Lung and Blood Institute: Obesity Education Initiative
en España. Med Clin (Barc). 2005;125:460-6.
Expert Panel on the Identification, Evaluation, and Treatment of Over-
7. Rubio MA, Gómez de la Cámara A, Del Campo J, Jurado C, García JD, Gó-
weight and Obesity in Adults. Clinical guidelines on the identification,
mez-Gerique JA, et al. Prevalencia de obesidad en España tras 14 años de
evaluation, and treatment of overweight and obesity in adults: the evi-
seguimiento de la cohorte DRECE. Endocr Nutr. 2006;53 Supl 1:86.
dence report. Obes Res. 1998;6:S51-S210.
8. Gutiérrez-Fisac JL, Regidor E, Banegas JR, Rodríguez-Artalejo F. Pre-
34. Avenell A, Brown TJ, McGee MA, Campbell MK, Grant AM, Broom J, et
valencia de obesidad en la población adulta española: 14 años de cre-
al. What are the long-term benefits of weight reducing diets in adults? A
cimiento continuado. Med Clin (Barc). 2005;124:196-7.
systematic review of randomized controlled trials. J Hum Nutr Diet.
9. Gutierrez-Fisac JL, López E, Banegas JR, Graciani A, Rodríguez-Artale-
jo F. Prevalence of overweight and obesity in elderly people in Spain.
35. Nordmann AJ, Nordmann A, Briel M, Keller U, Nancy WS, Brehm BJ,
et al. Effects of low-carbohydrate vs low-fat diets on weight loss and
10. Aranceta J, Pérez Rodrigo C, Muñoz M. Perfil nutricional de los ancia-
cardiovascular risk factors. A meta-analysis of randomized controlled
nos institucionalizados en España. En: Muñoz M, Aranceta J, Guijarro
trials. Arch Intern Med. 2006;166:285-93.
JL, editores. Libro blanco de la alimentación del anciano en España.
36. Pirozzo S, Summerbell C, Cameron C, Glasziou P. Should we recom-
Madrid: Editorial Médica Panamericana; 2004.
mend low-fat diets for obesity? Obes Rev. 2003;4:83-90.
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 06/05/2009. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
SALAS-SALVADÓ J ET AL. CONSENSO SEEDO 2007 PARA LA EVALUACIÓN DEL SOBREPESO Y LA OBESIDAD
Y EL ESTABLECIMIENTO DE CRITERIOS DE INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA
37. Dansinger ML, Gleason JA, Griffith JL, Selker HP, Schaefer EJ. Compa-
66. Arterburn DE, Crane PK, Veenstra DL. The efficacy and safety of
rison of the Atkins, Ornish, Weight Watchers, and Zone diets for weight
sibutramine for weight loss: a systematic review. Arch Intern Med.
loss and heart disease risk reduction: a randomized trial. JAMA.
67. Milano W, Petrella C, Casella A, Capasso A, Carrino S, Milano L. Use of
38. Riccardi G, Giaccob R, Rivellese AA. Dietary fat, insulin sensitivity and
sibutramine, an inhibitor of the reuptake of serotonin and noradrenali-
the metabolic syndrome. Clin Nutr. 2004;23:447-56.
ne, in the treatment of binge eating disorder: a placebo-controlled
39. Mustajoki P, Pekkarinen T. Very low energy diets in the treatment of
68. Apfelbaum M, Yague P, Ziegles O, Hanotin C, Thomas F, Leutenegger
40. Lantz H, Peltonen M, Agren L, Torgerson JS. Intermittent versus on-de-
E. Long-term maintenance of weight loss after a very-low-calorie diet: a
mand use of a very low caloric diet: a randomized 2-year clinical trial. J
randomized blinded trial of the efficacy and tolerability of sibutramine.
41. Garrow J, Summerbell C. Meta-analysis: effects of exercise, with or wit-
69. Mathus-Vliegen EM, Balance Study Group. Long-term maintenance of
hout dieting, on body composition of overweight subjects. Eur J Clin
weight loss with sibutramine in a GP setting following a specialist gui-
ded very-low-calorie diet: a double-blind, placebo-controlled, parallel
42. Miller WC, Koceja DM, Hamilton EJ. A meta-analysis of the past 25 ye-
group study. Eur J Clin Nutr. 2005;59 Suppl 1:31-9.
ars of weight loss research using diet, exercise or diet plus exercise in-
70. James WP, Astrup A, Finer N, Hilsted J, Kopelman P, Rossner S, et al.
Effect of sibutramine on weight maintenance after weight loss: a rando-
43. Jakicic JM, Otto AD. Physical activity considerations for the treatment
mised trial. STORM Study Group (Sibutramine Trial of Obesity Reduc-
and prevention of obesity. Am J Clin Nutr. 2005;82 Suppl:226-9.
tion and Maintenance). Lancet. 2000;356:2119-25.
44. Pate RR, Pratt M, Blair SN, Haskell WL, Macera CA, Bouchard C, et al.
71. Gaciong Z, Placha G. Efficacy and safety of sibutramine in 2225 sub-
Physical activity and public health: a recommendation from the Cen-
jects with cardiovascular risk factors: short-term, open-label, observa-
ters for Disease Control and Prevention and the American College of
tional study. J Hum Hypertens. 2005;19:737-43.
72. DiMarzo V, Matias I. Endocannabinoid control of food intake and
45. US Department of Health and Human Services and U.S. Department of
energy balance. Nat Neurosc. 2005;8:585-9.
Agriculture. Dietary Guidelines for Americans 2005 [consultado
73. VanGaal LF, Rissanen AM, Scheen AJ, Ziegler O, Rössner S, for the
25/06/2006]. Disponible en: www.healthierus.gov/dietaryguidelines
RIO-Europe Study Group. Effects of the cannabinoid-1 receptor blocker
46. Saris WH, Blair SN, Van Baak MA, Eaton SB, Davies PSW, Di Pietro L,
rimonabant on weight reduction and cardiovascular risk factors in over-
et al. How much physical activity is enough to prevent unhealthy
weight patients: 1-year experience from the RIO-Europe study. Lancet.
weight gain? Outcome of the IASO 1st Stock Conference and consensus
74. Despres JP, Golay A, Sjostrom L, for the Rimonabant in Obesity-Lipids
47. Jakicic JM, Clark K, Coleman E, Foreyt J, Melanson E, Volek J, et al.
Study Group. Effects of rimonabant on metabolic risk factors in over-
American College of Sports Medicine position stand. Appropriate inter-
weight patients with dyslipidemia. N Engl J Med. 2005;353:2121-34.
vention strategies for weight loss and prevention of weight regain for
75. Pi-Sunyer FX, Aronne LJ, Heshmati HM, Devin J, Rosenstock J, for the
adults. Med Sci Sports Exerc. 2001;33:2145-56.
RIO-North American Study Group. Effect of rimonabant, a cannabi-
48. Jeffery RW, Wing RR, Sherwood NE, Tate DF. Physical activity and
noid-1 receptor blocker, on weight and cardiometabolic risk factors in
weight loss: does prescribing higher physical activity goals improve out-
overweight or obese patients: RIO-North America: a randomized con-
trolled trial. JAMA. 2006;295:761-75.
49. Wadden TA, McGuckin BG, Rothman RA, Sargent SL. Lifestyle modifi-
76. Scheen AJ. Effects of rimonabant in patients with type 2 diabetes melli-
cation in the management of obesity. J Gastroenterol. 2004;7:452-63.
tus. Results of the RIO-DIABETES trial. Presentado en San Diego, CA:
50. Foster GD, Makris AP, Bailer BA. Behavioral treatment of obesity. Am J
American Diabetes Association Scientific Sessions; 2005.
77. Gelfnad EV, Cannon CP. Rimonabant: a cannabinoid receptor type 1
51. Wadden TA, Berkowitz RI, Womble LG, Sarwer DB, Phelan S, Cato RK,
blocker for management of multiple cardiometabolic risk factors. J Am
et al. Randomized trial of lifestyle modification and pharmacotherapy
for obesity. N Engl J Med. 2005;353:2111-20.
78. De Villar NGP, Loria V, Monereo S, en nombre del Grupo de Obesidad
52. Guerciolini R. Mode of acting of orlistat. Int J Obes Relat Metab Disord.
de la SEEN. Tratamientos «alternativos» de la obesidad: mito y reali-
dad. Med Clin (Barc). 2003;121:500-10.
53. Hutton B, Fergusson D. Changes in body weight and serum lipid profile
79. Pittler MH, Ernst E. Complementary therapies for reducing body
in obese patients treated with orlistat in addition to a hypocaloric diet: a
weight: a systematic review. Int J Obes. 2005;25:1030-8.
systematic review of randomized clinical trials. Am J Clin Nutr. 2004;
80. Pories WJ, MacDonald KG, Morgan EJ, Sinha MK, Dohm GL, Swanson
MS, et al. Surgical treatment of obesity and its effect on diabetes: 10-y
54. O’Meara S, Riemsma R, Shirran L. A systematic review of the clinical
follow-up. Am J Clin Nutr. 1992;55 Suppl 2:582-5.
effectiveness of orlistat used for the management of obesity. Obes Rev.
81. Sjöström CD, Lissner L, Wedel H, Sjöström L. Reduction in incidence of
diabetes, hypertension and lipid disturbances after intentional weight
55. Padwall R, Li SK, Lau DCW. Long-term pharmacotherapy for over-
loss induced by bariatric surgery: the SOS intervention study. Obes
weight and obesity: a systematic review and meta-analysis of randomi-
zed controlled trials. Int J Obes. 2003;27:1437-46.
82. Sjostrom L, Lindroos AK, Peltonen M, Torgerson J, Bouchard C, Carls-
56. Li Z, Maglione M, Tu W, Mojica W, Arterburn D, Shugarman LR, et al.
son B, et al and the Swedish Obese Subjects Study Scientific Group.
Meta-analysis: pharmacologic treatment of obesity. Ann Intern Med.
Lifestyle, diabetes, and cardiovascular risk factors 10 years after baria-
tric surgery. N Engl J Med. 2004;351:2683-93.
57. Norris SL, Zhang X, Avenell A, Gregg E, Schmid CH, Kim C, et al. Effi-
83. Buchwald H, Avidor Y, Braunwald E, Jensen MD, Pories W, Fahrbach
cacy of pharmacotherapy for weight loss in adults with type 2 diabetes
K, et al. Bariatric Surgery: a systematic review and meta-analysis.
mellitus: a meta-analysis. Arch Intern Med. 2004;164:1395-404.
58. Torgerson JS, Hauptman J, Boldrin MN, Sjostrom L. Xenical in the pre-
84. Maggard MA, Shugarman LR, Suttorp M, Maglione M, Sugarman HJ,
vention of diabetes in obese subjects (XENDOS) Study: a randomized
Livingston EH, et al. Meta-analysis: surgical treatment of obesity. Ann
study of orlistat as an adjunct to lifestyle changes for the prevention of
type 2 diabetes in obese patients. Diabetes Care. 2004;27:155-61.
85. Rubio MA, Martínez C, Vidal O, Larrad A, Salas-Salvadó J, Pujol J, et
59. Mittendorfer B, Ostlund RE, Patterson BW, Klein S. Orlistat inhibits die-
al. Documento de consenso sobre cirugía bariátrica. Rev Esp Obes.
tary cholesterol absorption. Obes Res. 2001;9:599-604.
60. Hsieh CJ, Wang PW, Liu RT, Tung SC, Chien WY, Chen JF, et al. Orlis-
86. Baltasar A, Bou R, Arlandis F, Martínez R, Serra C, Bengochea M, et
tat for obesity: benefits beyond weight loss. Diabetes Res Clin Pract.
al. Vertical banded gastroplasty at more than five years. Obes Surg.
61. Tiikkainen M, Bergholm R, Rissanen A, Aro A, Salminen I, Tamminen
87. Arribas del Amo D, Aguilella Diago V, Elia Guedea M, Artigas Marco C,
M, et al. Effects of equal weight loss with orlistat and placebo on body
Martínez Díez M. Resultados a largo plazo de la gastroplastia vertical
fat and serum fatty acid composition and insulin resistance in obese
con banda en el tratamiento quirúrgico de la obesidad mórbida. Com-
plicaciones específicas de la técnica quirúrgica. Cir Esp. 2001;70:227-
62. Kelley DE, Kuller LH, McKolanis TM, Harper P, Mancino J, Kalhan S.
Effects of moderate weight loss on insulin resistance, regional adipo-
88. Dargent J. Laparoscopic adjustable gastric banding: lessons from the
sity, and fatty acids in type 2 diabetes. Diabetes Care. 2004;27:33-40.
first 500 patients in a single institution. Obes Surg. 1999;9:446-52.
63. Zelber-Sagi S, Kessler A, Brazowsky E, Webb M, Curie Y, Santo M, et
89. Vetruyen M. Experience with lap-band system up to 7 years. Obes
al. A double-blind randomized placebo-controlled trial of orlistat for the
treatment of nonalcoholic fatty liver disease. Clin Gastroenterol Hepatol.
90. Brolin RE. Gastric bypass. Surg Clin North Am. 2001;81:1077-95.
91. Wittgrove AC, Clark GW. Laparoscopic gastric bypass, Roux-en-Y 500
64. Sutera PM, Marmiera G, Veya-Linderb C, Hänselerc E, Lentzb J, Vette-
patients: technique and results, with 3-60 month follow-up. Obes Surg.
ra W, et al. Effect of orlistat on postprandial lipemia, NMR lipoprotein
subclass profiles and particle size. Atherosclerosis. 2005;180:127-35.
92. Nguyen NT, Goldman C, Rosenquist CJ, Arango A, Cole CJ, Lee SJ, et
65. Hansen D, Toubro S, Stock M, MacDonald I, Astrup A. Thermogenic
al. Laparoscopic versus open gastric bypass: a randomised study of
effects of sibutramine in humans. Am J Clin Nutr. 1998;68:1180-6.
outcomes, quality of life and costs. Ann Surg. 2001;234:279-91.
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 06/05/2009. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
SALAS-SALVADÓ J ET AL. CONSENSO SEEDO 2007 PARA LA EVALUACIÓN DEL SOBREPESO Y LA OBESIDAD Y EL ESTABLECIMIENTO DE CRITERIOS DE INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA
93. Podnos YD, Jiménez JC, Wilson SE, Stevens M, Nguyen NT. Complica-
105. Moore Ll, Nguyen US, Rothman KJ, Cupples LA, Ellison RC. Preschool
tions alter laparoscopic gastric bypass. Arch Surg. 2003;138:957-61.
physical activity level and change in body fatness in young children.
94. Scopinaro N, Adami AF, Marinari GM, Gianetta E, Traverso E, Fried-
The Framinghan children’s Study. Am J Epidemiol. 1995;142:982-8.
man E, et al. Biliopancreatic diversion. World J Surg. 1998;22:936-46.
106. Neumark-Sztainer D, Hannan PJ, Story M, Perry ChL. Weight-control
95. Baltasar A. Cruce duodenal. Cir Esp. 2004;75:259-66.
behaviors among adolescent girls and boys: implications for dietary in-
96. Sánchez-Cabezudo C, Larrad A, Ramos I, Moreno B. Resultados a 5
take. J Am Diet Assoc. 2004;104:913-20.
años de la derivación biliopancreática de Larrad en el tratamiento de la
107. Sothern M, Gordon S. Prevention of obesity in young children: a critical
obesidad mórbida. Cir Esp. 2001;70:133-41.
challenge for medical professionals. Clin Pediatr. 2003;42:101-11.
97. Bloomberg RD, Fleishman A, Nalle JE, Herron DM, Kini S. Nutritional
108. McLean N, Griffin S, Toney K, Hardeman W. Family involvement in
deficiencies following bariatric surgery: what have we learned? Obes
weight control, weight maintenance and weight-loss interventions: a
systematic review of randomised trials. Int J Obes. 2003;27:987-1005.
98. Genco A, Bruni T, Doldi SB, Forestieri P, Marino M, Busseto L, et al.
109. American Academy of Pediatrics. Policy Statement. Committee on Nu-
BioEnterics intragastric balloon: the Italian experience with 2,515 pa-
trition. Prevention of Pediatric Overweight and Obesity. Pediatrics.
99. Genco A, Cipriano M, Bacci V, Cuzzolaro M, Materia A, Raparelli L, et
110. Fitzgibbon ML, Stolley MR. Environmental changes. May be needed for
al. BioEnterics Intragastric Balloon (BIB): a short-term, double-blind,
prevention of overweight in minority children. Pediatric Ann. 2004;33:45-9.
randomised, controlled, crossover study on weight reduction in mor-
111. Gross SM, Cinelli B. Coordinated school heath program and dietetics
bidly obese patients. Int J Obes. 2006;30:129-33.
professionals: Partners in promoting healthful eating. J Am Diet Assoc.
100. Mathus-Vliegen EM, Tytgat GN. Intragastric balloon for treatment-resis-
tant obesity: safety, tolerance, and efficacy of 1-year balloon treatment
112. Lobstein T, Baur L, Uauy R, for the IASO International Obesity TaskFor-
followed by a 1-year balloon-free follow-up. Gastrointest Endosc.
ce. Obesity in children and young people: a crisis in public health.
101. Herve J, Wahlen CH, Schaeken A, Dallemagne B, Dewandre JM, Mar-
113. López de la Torre M. Internet y endocrinología. Endocr Nutr. 2004;
kiewicz S, et al. What becomes of patients one year after the intragas-
tric balloon has been removed? Obes Surg. 2005;15:864-70.
114. Tirodkar MA, Jain A. Food messages on African American television
102. Alfalah H, Philippe B, Ghazal F, Jany T, Arnalsteen L, Romon M, et al.
shows. Am J Public Health. 2003;93:439-41.
Intragastric balloon for preoperative weight reduction in candidates
115. Allison DB, Webers MT. Treatment and prevention of obesity: what
for laparoscopic gastric bypass with massive obesity. Obes Surg. 2006;
works, what doesn’t work, and what might work. Lipids. 2003;38:147-55.
116. OMS. Estrategia mundial sobre régimen alimentario, actividad física y
103. Chen J. Mechanisms of action of the implantable gastric stimulator for
salud. 57.ª Asamblea Mundial de la Salud 2004 [consultado
obesity. Obes Surg. 2004;14:S28-S32.
25/06/2006]. Disponible en: http://www.who.int/dietphysicalactivity/en/
104. Himes JH, Dietz WH. Guidelines for overweight in adolescent preventi-
117. Agencia Española de Seguridad Alimentaria. Estrategia NAOS. Invertir
ve services: recommendations from an expert committee. Am J Clin
la tendencia de la obesidad. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consu-
MEDICAL MICROBIOLOGY SHORT ANSWER QUESTIONS These basic questions will be included in the mid-semester tests (in addition to simple-choice and multiple-choice questions) and in the written entry test of the Final Examination in the Department of Medical Microbiology. We would like to emphasize some important aspects about these questions and answers. It is important to realize that learnin
CISTIPROST "The herbal remedy to help maintain the physiological function of the prostate and bladder " Brief information The Cistiprost is a nutraceutical made with plant extracts titrated and selected according to them specific and overt activities and associated to provide with a synergy of action, a valid protection for prostate function and for irritations and inflammation of