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Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas | 36 (2012.4) SARTRE: TEORÍA FENOMENOLÓGICA DE LAS EMOCIONES,
EXISTENCIALISMO Y CONCIENCIA POSICIONAL DEL MUNDO
Adolfo Vásquez Rocca
*
Universidad Andrés Bello – Universidad Complutense de Madrid http://dx.doi.org/10.5209/rev_NOMA.2012.v36.n4.42320 EMUI Euro-Mediterranean University Institute | Universidad Complutense de Madrid | ISSN 1578-6730 Publicación asociada a la Revista Nomads. Mediterranean Perspectives | ISSN 1889-7231 Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas | 36 (2012.4) Resumen.- En el presente trabajo se trata el problema de la vivencia emocional, se indaga la
naturaleza de la conciencia emotiva, es decir, la conciencia de la emoción desde una perspectiva
fenomenológica, siguiendo principalmente el pensamiento de Sartre en su obra “Bosquejo de una
teoría de las emociones”, inserta en la tradición fenomenológica de Husserl, haciendo énfasis en
las contradicciones en que incurre la teoría psicoanalítica. Se busca evidenciar cómo la conciencia
emocional es ante todo “conciencia del mundo”, así como la emoción es una forma organizada de
la existencia humana, un modo de estar en el mundo. La conciencia se trasforma a sí misma para
trasformar el mundo. La conciencia no se limita a proyectar significaciones afectivas sobre el
mundo que le rodea, sino que vive en el mundo que acaba de crear.
Palabras clave.- conciencia, mundo, emoción, miedo, fenómeno, alteridad, psicología,
existencialismo

Sartre: Phenomenological theory of emotions, existentialism positional
awareness and world.

Abstract.- In the present work the problem is the emotional experience, investigates the nature of
the touching conscience, that is to say, the conscience of the emotion from a phenomenological
perspective, following mainly the thought of Sartre in its work "Sketch of a theory of the emotions",
builds work follows the phenomenological tradition of Husserl, doing emphasis in the contradictions
which the psychoanalytic theory incurs. One looks for to demonstrate as the emotional conscience
is before “conscience of the world”, and the emotion is an organized form of human existence, a
way of being in the world. Consciousness itself is transformed to transform the world.
Keywords.- conscience, world, emotion, fear, phenomenon, alterity, psychology, existentialism
“La conciencia se conmueve sobre su emoción, la intensifica. Cuanto más se huye, más miedo se tiene.” Jean-Paul Sartre
EMUI Euro-Mediterranean University Institute | Universidad Complutense de Madrid | ISSN 1578-6730 Publicación asociada a la Revista Nomads. Mediterranean Perspectives | ISSN 1889-7231 Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas | 36 (2012.4) 1.- La Fenomenología de Husserl y la "intencionalidad". Antecedentes
Como ya lo había anticipado Descartes y profundizado Brentano, sabemos con
Husserl que los actos de conciencia poseen una estructura bipolar, esto es,
correlacional. Es precisamente esta relación a algo otro el carácter relacional o lo
que Husserl llama "intencionalidad de la conciencia".
Así toda conciencia queda caracterizada por apuntar a un objeto (lo percibido, lo
recordado, lo amado, etc.). La conciencia en sí misma no es nada, es siempre
conciencia de algo. Existe sólo en la medida en que se dirija su atención hacia un
objeto, hacia una meta. Este objeto intencional está constituido por los múltiples
logros sintéticos de la conciencia y aparece en su estructura general, ya sea en la
percepción, la memoria o la imaginación; alrededor del núcleo, del “tema” del
objeto intencional, se extiende un campo temático delimitado por un horizonte
abierto. Este horizonte, en el que siempre viene dada la conciencia del propio
cuerpo vivo, se puede a la vez tematizar. La secuencia de temas interrelacionados
– llamémoslos “vivencias” (Erlebnisse) – no tiene, en sí, sentido. Pues las
aprehensiones que no ocurren pura y simplemente, y en forma independiente, sino
que atraen la atención del yo, adquieren un mayor grado de definición temática; se
tornan “experiencias” claramente perfiladas. Pertenece pues a la naturaleza de la
conciencia ser relación a otra cosa, una que la descripción fenomenológica deberá
precisar. Así por ejemplo el acto de ver, aun en el infortunio de la alucinación, esto
es, en el creer ver algo, o soñarlo, tiene lugar con referencia a una cosa,
supuestamente presente. Igualmente, el acto de sufrir o el dudar poseen un modo
propio de referirse a algo.
Para Husserl la intencionalidad no es sólo intrínseca a la conciencia sino a priori
respecto de su objeto, lo que supone que la conciencia se funda desde sí misma,
vale decir que tanto la manifestación de su objeto como la constitución de este
fenómeno –la intencionalidad– se dan al unísono en la vivencia1.
En esta misma dirección apunta la obra de Merleau-Ponty2: ideas, percepción y
sentir no pueden pensarse como separados3, sino en un ensamble
fenomenológico, esto es, como inherentes a la nervadura misma del acto de
percibir. “Cuerpo, sentir y sentidos son relacionales: no se limitan a recibir
estímulos aislados, sino que captan escenas significativas, la ´ímago´ de todo un
segmento de vida. (…) Esto implica una ruptura con la convicción de que las
percepciones, las imágenes, las ideas se hallen almacenadas en el cerebro.”4 Al
igual que la imagen, “la percepción tiene un carácter afectivo y motriz, no sólo
1 HUSSERL, Edmund, Investigaciones lógicas I – II, Revista de Occidente, Madrid, 1967. 2 MERLEAU-PONTY, Maurice, Signes (Signos), Paris: Gallimard, 1960. Colección de ensayos. Seix Barral. Barcelona, 1964. 3 DANEY, Brenda, “Aproximación a una fenomenología de las emociones: Merleau-Ponty, la Ontología de la Carne y la propuesta de una integración”, Ponencia leída en el XVI Congreso Nacional de Filosofía organizada por la Asociación Filosófica Argentina, 2013 4 LÓPEZ SÁENZ, M.C. “Imaginación carnal en M. Merleau-Ponty”. Revista de Filosofía. Vol. 28. Nº 1. 2003. P. 162. EMUI Euro-Mediterranean University Institute | Universidad Complutense de Madrid | ISSN 1578-6730 Publicación asociada a la Revista Nomads. Mediterranean Perspectives | ISSN 1889-7231 Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas | 36 (2012.4) cognoscitivo, porque está determinada por la atención, las motivaciones y
sentimientos del perceptor.”5
Como se ve la fenomenología de Merleau-Ponty6 es, en este sentido,
profundamente inclusiva, hay una conciencia emocional que es atravesada por la
encarnación, ya que cuerpo, sensaciones y sentimientos, no son fenómenos
aislados, sino instancias imbricadas, variaciones de la existencia corporal, y
desafía las separaciones y categorías de la ontología que la ha precedido.7
2.- Sartre: La mirada del otro; conciencia y mundo
Sartre, a su vez, tomó de la Fenomenología su principio básico, la intencionalidad
de la conciencia ("la conciencia es siempre conciencia de algo"); pero criticó el
idealismo y el subjetivismo de Husserl. Según Sartre el "yo" no es la conciencia
trascendental, sino el conjunto unitario de la intencionalidad de la conciencia que
está "fuera, en el mundo", porque "es un ente del mundo, igual que el 'yo' de otro".
Las cosas no están en la conciencia, como imagen o como representación, las
cosas están en el mundo. "La conciencia es conciencia posicional del mundo"8, es
apertura al mundo, no es el mundo. Mediante este giro re-introdujo a la conciencia
en el mundo de la existencia, permitiendo que los sufrimientos y las angustias de
los hombres reales recuperaran todo su peso.
En la mayoría de la teorías psicológicas, la conciencia de la emoción se explica
como si esta fuera ante todo una conciencia reflexiva, es decir como si la forma
primera de la emoción –como hecho de conciencia– consistiera en aparecérsenos
como una modificación de nuestro ser psíquico o, si se quiere, en ser aprehendida
primero como un "estado de conciencia", lo que es un dato incontrovertible aunque
irrelevante a los efectos que nos ocupan, ya que no cabe duda que siempre es
posible tomar conciencia de la emoción como estructura afectiva de la conciencia
y decir por ejemplo “estoy triste, tengo miedo, etc.”, pero –y he aquí nuestro
énfasis– el miedo no es originalmente conciencia de "tener miedo", como
tampoco la percepción de este escrito es conciencia de percibir el escrito. La
conciencia emocional es ante todo irreflexiva, la conciencia emocional es ante
todo conciencia del mundo.
Esta tesis puede ser ilustrada con recurso a algunas observaciones: Es evidente –
por ejemplo– que cuando un hombre tiene celos, y dichos celos –en determinadas
circunstancias– le fuerzan a espiar por la cerradura de una puerta –entregándose
6 MERLEAU-PONTY, Maurice, (París: Gallimard, 1945) Fenomenología de la percepción. Ed. Península, Barcelona 1975 7 La reversibilidad del sentir implica siempre una génesis de sentido, un sentido que no proviene de una conciencia solitaria, sino de un entrelazo del cuerpo y del mundo. 8 SARTRE, Jean-Paul, Bosquejo de una teoría de las emociones, (1938), Ed. Alianza. Madrid, 1973 EMUI Euro-Mediterranean University Institute | Universidad Complutense de Madrid | ISSN 1578-6730 Publicación asociada a la Revista Nomads. Mediterranean Perspectives | ISSN 1889-7231 Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas | 36 (2012.4) a esta vergonzosa acción– volcando su ser en ello, en ese momento, los celos mismos lo constituyen tanto psíquica, como corporalmente. Sin embargo este hecho es irreflexivo, es decir, no supone todavía una toma de conciencia respecto de lo vil de aquel acto. Sin embargo cuando es sorprendido en aquella acción, es decir, cuando es visto por un otro, o más precisamente, cuando él mismo se aprehende como siendo objeto de una mirada, extraña, sólo entonces, su acto se objetiva, dado que es la mirada del otro la que da consistencia a su ser, de allí que la constitución de nuestra identidad, esto es, el ver claramente dentro de nosotros mismos, nos viene dado desde fuera, por la mirada del otro, del que nos valora, nos aprecia, nos traspasa, de allí que ya no nos resulte tan extraño que Sartre señale que “el infierno son los otros”, esto por la constante molestia que la presencia de los otros supone y sin embargo, no podemos pasárnoslas sin ellos. Así, en el momento en que se toma conciencia de los celos que nos constituyen, que nos poseen, la vivencia de los celos se 'congela', de tal manera que la emoción no es la toma de conciencia de esa emoción particular, en este caso los celos. A lo que se apunta es que cuando se asume una posición reflexiva se paraliza la corriente vital del vivir como se vive naturalmente una emoción. Es así como "la emoción es una forma organizada de la existencia humana". A partir de este marco conceptual Sartre analiza la alegría, la tristeza, la ira como formas que el ser humano adopta irreflexivamente con el fin de adoptar una posición distinta ante el mundo que le permita hacerle frente de una forma más eficaz y adaptada. La emoción es una forma de aprehender el mundo. "El sujeto que busca la solución de un problema práctico se halla fuera, en el mundo; aprehende el mundo a cada instante, a través de todos sus actos. Si fracasa en sus intentos, se irrita; y su misma irritación es también una manera en que se le aparece el mundo".9 Según Sartre, la emoción es una transformación del mundo. Cuando el ser humano se encuentra ante un mundo urgente y difícil no puede dejar de actuar (en esta medida incluso la evasión es una actitud en la que se elimina artificialmente el problema). En su criterio, el ser humano intenta transformar el mundo a través de sus actos, y la emoción opera "en forma mágica" manipulando el mundo. Nuestra conciencia cae en esa "trampa" o espejismo, y realiza sus reflexiones a partir de esa nueva realidad que no fue creada reflexivamente. La constitución de nuestra identidad tiene lugar desde la alteridad, desde la mirada del otro que nos objeta (y nos objetiva); un otro que nos seduce y al que seducimos, al que miramos y por el que somos vistos. Somos, en ese sentido, seres para otros y no solo por la teatralidad y el simulacro10 propios de la vida social, sino porque la inquisidora mirada del otro que 9 SARTRE, Jean-Paul, Bosquejo de una teoría de las emociones, (1938), Ed. Alianza. Madrid, 1973 10 VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Baudrillard; Cultura, Simulacro y régimen de mortandad en el EMUI Euro-Mediterranean University Institute | Universidad Complutense de Madrid | ISSN 1578-6730 Publicación asociada a la Revista Nomads. Mediterranean Perspectives | ISSN 1889-7231 Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas | 36 (2012.4) nos constituye; en ella y por ella nos reconocemos. Así –frívolamente– reducimos
todo lo real a mera apariencia utilitarista de nuestra personalidad11 y ya no hay
esencia o como dirá Sartre “la existencia precede a la esencia”. Recordemos la
aguda observación de Oscar Wilde: “sólo los hombres superficiales no juzgan por
las apariencias”12
Así, el yo viene a la existencia por la intermediación de la consciencia que lo
constituye para significar su propia individualidad y su propia unidad. Se trata,
pues de una creación originaria. El yo se distingue, también, de los caracteres de
una historia o de un relato puesto que es parte de un proceso de mi consciencia; y
lo es precisamente en el sentido de que aparece solamente cuando reflexionamos
sobre nosotros mismos, a saber, sobre los procesos anteriores de nuestra
consciencia. Cuando soy consciente de alguna cosa, no soy más que
implícitamente consciente de mí. No es sino volviendo sobre mi consciencia
anterior que devengo explícitamente consciente de mí, de mi yo. De esta forma,
aprendo a conocerme de manera reflexiva y, por lo tanto, puedo decidir realizarme,
o constituirme, como otro que el que era. Y así al infinito pues por mi consciencia
yo estoy siempre en camino de mí mismo y me supero constantemente a mí
mismo y no termino nunca de alcanzarme.
3.- La conciencia emocional como conciencia del mundo
La conciencia emocional es ante todo irreflexiva y en este plano sólo puede ser
conciencia de sí misma en un modo no posicional, es decir cuando congela la vida
y deja de ser vivida como emoción.
Sartre afirmaba que hay mundo sólo porque hay hombre. En sí mismo el mundo
carece de sentido. Cuando el hombre descubre lo absurdo de lo real, su esencial
contingencia y gratuidad, lo invade el sentimiento de la náusea13.
La experiencia nos muestra que la conciencia, que es conciencia del mundo, es al
mismo tiempo distinta del mundo. La ontología sartreana distingue dos tipos de
ser: en sí y para sí14. Las cosas son "en sí", idénticas a sí mismas (cada una es "lo
Sistema de los Objetos”, En Cuaderno de Materiales, Nº 23, 2011, 705-714 / ISSN: 1139-4382, Universidad Complutense de Madrid UCM. http://www.filosofia.net/materiales/pdf23/CDM45.pdf 11 “Nos vestimos al caer en la cuenta de que estamos presentes ante otros, que son ajenos a nuestra (propia) interioridad. Ante esa mirada del otro configuro mi exterioridad como expresión de lo que soy. Esto nos enriquece, porque añade a nuestro ser corporal nuevos significados que expresan la riqueza interior, dándole así a nuestra apariencia (externa) una gran profundidad”. En VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "La Moda en la Postmodernidad. Deconstrucción del fenómeno 'fashion'", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, Nº 11 | Enero-Junio, 2005, pp. [169-176]. 12 WILDE, Oscar, El Retrato de Dorian Gray, (1891) Prefacio, Editorial Losada, Buenos Aires, 2005. / The Picture of Dorian Gray (Preface), Originalmente en el Lippincott's Monthly Magazine. 13 SARTRE, Jean-Paul, (1938) La Náusea, Editorial Losada, Buenos Aires, 2003. 14 SARTRE, Jean-Paul, (1943), El ser y la nada: ensayo de ontología fenomenológica, Editorial Losada, 1986, Buenos Aires. EMUI Euro-Mediterranean University Institute | Universidad Complutense de Madrid | ISSN 1578-6730 Publicación asociada a la Revista Nomads. Mediterranean Perspectives | ISSN 1889-7231 Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas | 36 (2012.4) que es"). Lo "en sí" es absolutamente contingente y gratuito. Por su parte, la
conciencia, que es "para sí", es "una nada de ser y, al mismo tiempo, un poder
anonadador, la nada"; es "el ser para el cual en su ser está en cuestión su ser"; es
"carencia de ser", que se evidencia en el deseo.
La conciencia, que está en el mundo, siendo esencialmente diferente de él, no se
halla vinculada al mundo y por lo tanto es absolutamente libre. Las cosas son lo
que son; la conciencia, por el contrario, no es nada, está vacía de ser, es
posibilidad, es libertad. El hombre está obligado a hacerse, no tiene alternativa,
está "condenado a ser libre". El ser del hombre es su "hacerse" a sí mismo. Por
ello nadie llega a ser nada que no haya elegido ser.
4.- Teoría Fenomenología de las Emociones.
La conciencia emocional es ante todo conciencia del mundo, es estar volcado
sobre el mundo y, remitiéndonos al ejemplo anterior, es ser esos vergonzosos
celos que me constituían.
La conducta es irreflexiva. No es inconsciente. Es consciente de sí misma porque
se trasciende y aprehende el mundo. La conciencia se trasforma a sí misma para
trasformar el mundo15. “La conciencia –señala Sartre– no se limita a proyectar
significaciones afectivas sobre el mundo que le rodea: vive en el mundo que acaba
de crear.”16
Revisemos algunos de los ejemplos que nos proporciona Sartre:
 Es evidente que el hombre que tiene miedo, tiene miedo de algo, aún
tratándose de una de esas angustias imprecisas que suelen experimentarse en la
oscuridad en un pasadizo siniestro. Aquí tiende a describirse erróneamente la
huida con miedo como si tal huida no fuera ante todo una huida ante cierto objeto
como si el objeto del que se huye no permaneciera constantemente presente en la
misma huida como su tema, su razón de ser, como aquello ante lo cual se huye.
En una palabra, el sujeto emocionado y el objeto emocionante se hallan unidos en
una síntesis indisoluble. La emoción es una determinada manera de aprehender el
mundo, una manera en que el mundo se me presenta, aunque también puede ser
un intento –o un modo– de modificarlo. Aquí cabe una paradoja ya que si en los
intentos de modificar o transformar el mundo se fracasa es posible y natural
irritarse, de donde se puede colegir que la irritación es también una manera en que
se nos aparece o presenta el mundo. Lo que aquí cabe precisar es que aún en
esta operación sobre el mundo para modificarlo el sujeto no abandona el plano
irreflexivo.
15 SARTRE, Jean-Paul. Bosquejo de una teoría de las emociones. Ed. Alianza Editorial, Madrid, 1973. 16 SARTRE, Jean-Paul. Bosquejo de una teoría de las emociones. Ed. Alianza Editorial, Madrid, 1973, P. 83. EMUI Euro-Mediterranean University Institute | Universidad Complutense de Madrid | ISSN 1578-6730 Publicación asociada a la Revista Nomads. Mediterranean Perspectives | ISSN 1889-7231 Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas | 36 (2012.4) Aquí debemos notar que lo que esta en juego en estos ejemplos es la tesis fundamental de que la emoción constituye un intento de modificación del mundo. En palabras de Sartre17 que "en la emoción el cuerpo, dirigido por la conciencia, transforma sus relaciones con el mundo para que el mundo cambie sus cualidades". Aquí es necesario decirlo, no hay mala fe, pues si bien la emoción es un juego, es un juego en el que creemos. La conciencia, al cree en el mundo que ha creado, se hace cautiva de sí misma. Es su propio engaño. Por ello, de acuerdo al ejemplo anterior, cuanto más se huye, más miedo se tiene.  Tomemos otro ejemplo: el miedo pasivo. Veo llegar hacia mí un animal salvaje. Mis piernas flaquean, mi corazón late más débilmente, me pongo pálido, me caigo y me desmayo. A primera vista nada menos adaptado que esa conducta que me entrega indefenso al peligro. Y sin embargo, se trata de una conducta de evasión. El desmayo es aquí un refugio. Pero no vayamos a creer que es un refugio para mí, que trato de salvarme a mí mismo de dejar de ver a la fiera. No he salido del plano irreflexivo: pero al no poder evitar el peligro por los medios normales y los encadenamientos deterministas, lo he negado. He pretendido aniquilarlo. La urgencia del peligro ha servido de motivo para una intención aniquiladora que ha impuesto una conducta mágica. Y de hecho, lo he aniquilado en la medida de mis posibilidades. Estos son los límites de mi acción transformadora sobre el mundo: puedo suprimirlo en tanto que objeto de conciencia pero esto sólo lo consigo suprimiendo la conciencia misma. O, al menos, modificándola: el desmayo es, en el decir de Sartre, “el paso a una conciencia en sueños”, esto es, "irrealizadora".  Examinemos otro fenómeno emocional: La huida en el miedo activo, la cual es considerada erróneamente como una conducta racional al interpretarla como la conducta de alguien que quiere interponer la mayor distancia posible entre sí y el peligro. Si así fuera, esta conducta no sería nada más que prudencia. Sin embargo, la verdad es que no huimos para ponernos a cubierto; huimos porque no podemos aniquilarnos en el desmayo. La huida es un desmayo fingido, una conducta casi ritual que consiste en negar el objeto peligroso con todo nuestro cuerpo, trastocando la estructura vectorial del espacio en que vivimos y creando 'imaginativamente' una dirección potencial de huida hacia un reducto simbólicamente inexpugnable. La huida en el miedo activo es así una forma de negar el objeto que nos acecha. Así actúan los boxeadores novatos cuando, al abalanzarse sobre el adversario, cierran los ojos: quieren suprimir la existencia de sus puños, se niegan a percibirlos y con ello suprimen simbólicamente su eficacia. Descubrimos de esta forma el verdadero sentido del miedo: 17 SARTRE. Jean Paul, Bosquejo de una Teoría de las Emociones, Alianza Editorial, Madrid, 1973, pág. 88. EMUI Euro-Mediterranean University Institute | Universidad Complutense de Madrid | ISSN 1578-6730 Publicación asociada a la Revista Nomads. Mediterranean Perspectives | ISSN 1889-7231 Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas | 36 (2012.4) El miedo es una conciencia que pretende negar, a través de una conducta mágica, un objeto del mundo exterior que aparece como amenaza, procediendo incluso a aniquilarse [a perderse] a sí misma con tal de anular la eficacia del desastre que el objeto comporta18. - Para terminar de ilustrar la tesis que aquí nos ocupa citaremos el caso de la tristeza pasiva, la cual se caracteriza por una conducta de postración; relajación muscular, palidez, enfriamiento de las extremidades. Quien la padece se vuelve hacia un rincón y se queda sentado, inmóvil, ofreciendo al mundo la menor superficie posible. Frente a la luz del día, prefiere la penumbra; frente a los ruidos, el silencio; frente a las multitudes de los lugares públicos y de las calles, la soledad de un aposento. "Para permanecer a solas, dicen, con su dolor". Esto o es cierto. Es de buen tono, en efecto, aparentar una profunda meditación sobre la propia pena. Sin embargo, son raros los casos en que uno está apegado a su propio dolor. Tal comportamiento obedece más bien a que al desaparecer una de las condiciones habituales de nuestra acción, el mundo exige de nosotros que actuemos en él y sobre él sin esa condición. La mayoría de las potencialidades que se hallan en el mundo (trabajo que realizar, gentes que ver, actos de la vida cotidiana que llevar a cabo) siguen siendo las mismas. Pero los medios para realizarlas, las vías que surcan nuestro "espacio hodológico", han cambiado. Por ejemplo, si me he arruinado, no dispongo de los mismos medios (auto, computador, etc.) para llevarlos a cabo. He de reemplazarlos por nuevos intermediarios (tomar el bus, escribir manuscrito, etc.) y esto es precisamente lo que no quiero. La tristeza tiende a suprimir la obligación de buscar estas nuevas vías, de transformar la estructura del mundo reemplazando la actual constitución del mundo por una estructura totalmente indiferenciada. Se trata, en buenas cuentas, de hacer del mundo una realidad afectivamente neutra, un sistema con un total equilibrio afectivo; de descargarlos objetos con fuerte carga afectiva, de llevarlos todos al cero afectivo, y, con ello, de aprehenderlos como perfectamente equivalentes e intercambiables, es decir, donde da lo mismo. En otras palabras, al no poder o querer realizar los actos que proyectábamos, procuramos que el universo ya no exija nada de nosotros. 18 Aquí se impone un paréntesis metodológico y explicativo. Debemos desconfiar de las "explicaciones" psicoanalíticas y sus supuestos, sobretodo cuando ellas insisten sobre el "hecho" que todo estado de conciencia vale por algo que no es él y que la significación del comportamiento consciente está fuera del mismo, es decir, que él mismo constituye la realización, simbólica, de un deseo reprimido. Es en este punto donde el énfasis de Sartre se orienta en otra dirección: Sartre propone atender a las condiciones de posibilidad de una emoción, no olvidando que el hombre actúa ante su mundo, no aisladamente de él. En segundo término también cabe apuntar otro supuesto de la teoría de las emociones aquí expuesta. La de que el hombre es una unidad psicofísica indisociable, idea presente ya en Aristóteles. Lo que constituye un campo abierto, altamente fructífero para el desarrollo de estrategias filosóficas y terapéuticas, donde se invite tanto a pensar desde el a pensar desde el cuerpo y concebirlo como un "escenario de representaciones", tesis que podemos encontrar en Nietzsche y Freud. EMUI Euro-Mediterranean University Institute | Universidad Complutense de Madrid | ISSN 1578-6730 Publicación asociada a la Revista Nomads. Mediterranean Perspectives | ISSN 1889-7231 Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas | 36 (2012.4) Así la herida que se acaba de sufrir, un fracaso sentimental, o profesional, tal pena o duelo que afecta nuestras relaciones con el prójimo son a menudo el desencadenante, fácilmente identificable de nuestra desesperanza vital19. Una traición, una enfermedad fatal, un accidente o cualquier desgracia imprevista que nos abruma en la constante avería de lo cotidiano- y que nos arrancan repentinamente de esa categoría que nos parecía lo normal, esto es, lo de gente normal, instalándonos repentinamente en otra vida20. Una vida insufrible, cargada de penas cotidianas, de tragos amargos, de desconsuelo solitario, a veces abrasador, otras incoloro y vacío. En suma una existencia sin vigor aunque en ocasiones exaltada por el esfuerzo realizado para continuarla, dispuesta a naufragar a cada instante en la muerte. Muerte venganza o muerte redención, será en lo sucesivo el umbral interno de nuestro agobio, el sentido imposible de esta vida cuyo peso nos parece a cada momento insostenible, excepto en los momentos en que nos movilizamos para encarar el desastre. 19 KRISTEVA, Julia, Sol negro; Depresión y melancolía, Monte Avila Editores Latinoamericana, Caracas. 1991. 20 VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Peter Sloterdijk: Espacio tanatológico, duelo esférico y disposición melancólica" En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas ISSN 1578-6730 - UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º |, pp. 151-158 EMUI Euro-Mediterranean University Institute | Universidad Complutense de Madrid | ISSN 1578-6730 Publicación asociada a la Revista Nomads. Mediterranean Perspectives | ISSN 1889-7231 Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas | 36 (2012.4) 4.- Excurso en torno a La Metamorfosis de Franz Kafka y la estructura
indiferenciada del mundo

A propósito de estas últimas consideraciones "que el mundo ya no exija nada de
nosotros", podemos establecer una relación entre este estado de tristeza pasiva –
que no es más que un intento de transformar la estructura del mundo en una
estructura totalmente indiferenciada– y el acontecer dramático al interior de La
Metamorfosis
, el reato de Kafka donde el protagonista –Gregor Samsa– un
vendedor viajero, una mañana, tras un sueño intranquilo, se encuentra en su casa
convertido en un insecto21. La historia que sigue es la narración de los aparentes
esfuerzos de Samsa para ajustarse a su nueva y extraña condición, la que
paradojalmente le exime –al imposibilitarlo– de responder a las obligaciones
propias de su condición de "pequeño burgués", agravada por el peso de ser el
sostén de su familia, de sus padres y demás parientes, los cuales actúan al
comienzo con preocupación (al prever que esta condición medirá al joven Samsa
mantener la solvencia del hogar) y más tarde con indiferencia, crueldad y olvido.
Gregor Samsa, en tanto, se distancia 'mágicamente' de las obligaciones que un
mundo exterior en pleno orden y fiel a las exigencias que el establishment
consagra, se esfuerza en satisfacer las demandas encarnadas por el jefe que
aparece a certificar los trámites que forman parte un implacable protocolo, un
último gran rito preservador de la normalidad. Pero Gregor Samsa está en las
penumbras de sus "zozobras metafísicas" paralizado, en un estado de indiferencia
habiendo neutralizado al mundo de sus exigencias.
Finalmente, y a modo de síntesis es necesario precisar la noción sartreana de la
emoción. Podemos preguntarnos cómo surge la emoción y paralelamente con ello
en qué consiste una emoción. Podemos responder que la emoción es una
transformación del mundo cuando los caminos trazados se hacen demasiado
difíciles o cuando no vislumbramos caminos ya no podemos permanecer en un
mundo tan urgente y difícil. Todas las vías están cortadas y sin embargo hay que
actuar. Tratamos entonces de cambiar el mundo o sea de vivirlo como si la
relación entre las cosas y sus potencialidades no estuvieran regidos por unos
procesos deterministas sino mágicamente o bien por la posibilidad de ser
construidos por nosotros o reconstruidos. No se trata de un juego, nos vemos
obligados a ello y nos lanzamos hacia esa actitud con toda la fuerza de que
disponemos.


21 KAFKA, Franz, La Metamorfosis, Ed. Cátedra, S.A. Madrid, 1994. EMUI Euro-Mediterranean University Institute | Universidad Complutense de Madrid | ISSN 1578-6730 Publicación asociada a la Revista Nomads. Mediterranean Perspectives | ISSN 1889-7231 Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas | 36 (2012.4) Adolfo Vásquez Rocca
Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado
Universidad Complutense de Madrid. Profesor de Postgrado del Instituto de
Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor Profesor
Adjunto Escuela de Psicología UNAB. –Miembro del Consejo Editorial
Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo
Consultivo Internacional de 'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en
Diálogo, Argentina. Miembro del Consejo Editorial Internacional de Revista Praxis
–Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional UNA, Costa Rica. Miembro
del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do
Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia
–Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador–. –
Secretario Ejecutivo de Revista Philosophica PUCV. –Asesor Consultivo de
Enfocarte –Revista de Arte y Literatura– Cataluña / Gijón, Asturias, España. –
Miembro del Consejo Editorial Internacional de 'Reflexiones Marginales' –Revista
de la Facultad de Filosofía y Letras UNAM. –Miembro del Comité Editorial de
International Journal of Safety and Security in Tourism and Hospitality, publicación
científica de la Universidad de Palermo. –Miembro Titular del Consejo Editorial
Internacional de Errancia, Revista de Psicoanálisis, Teoría Crítica y Cultura –
UNAM– Universidad Nacional Autónoma de México. –Miembro de la Federación
Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF) con sede en Bruselas, Bélgica. Director
de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en
Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. – Profesor visitante
Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria – Proyecto
europeo de Investigaciones de Postgrado –UCM.
University - Academia.edu. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. –Investigador Asociado y Profesor adjunto de la Escuela Matríztica de Santiago –dirigida por el Dr. Humberto Maturana. Consultor Experto del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad (CNIC)– Ha publicado entre otros el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. Invitado especial a la International Conference de la Trienal de Arquitectura de Lisboa | Lisbon Architecture Triennale 2011. Traducido al Francés - Publicado en la sección Architecture de la Anthologie: Le Néant Dans la Pensée Contemporaine . Publications du Centre Français d'Iconologie Comparée CFIC, Bès Editions , París, 2012 EMUI Euro-Mediterranean University Institute | Universidad Complutense de Madrid | ISSN 1578-6730 Publicación asociada a la Revista Nomads. Mediterranean Perspectives | ISSN 1889-7231 Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas | 36 (2012.4) HUSSERL, Edmund, Investigaciones lógicas I – II, Revista de Occidente, MERLEAU-PONTY, Maurice, Signes (Signos), Paris: Gallimard, 1960. Colección de ensayos. Seix Barral. Barcelona, 1964.  MERLEAU-PONTY, Maurice, (París: Gallimard, 1945) Fenomenología de la percepción. Ed. Península, Barcelona 1975  SARTRE, Jean-Paul, Bosquejo de una teoría de las emociones, (1938), Ed. SARTRE, Jean-Paul, (1938) La Náusea, Editorial Losada, Buenos Aires, SARTRE, Jean-Paul, Lo imaginario. Psicología fenomenológica de la imaginación (L'imaginaire. Psychologie phénoménologique de l'imagination, 1940)  SARTRE, Jean-Paul, (1943), El ser y la nada: ensayo de ontología fenomenológica, Editorial Losada, 1986, Buenos Aires.  KAFKA, Franz, La Metamorfosis, Ed. Cátedra, S.A. Madrid, 1994. WILDE, Oscar, El Retrato de Dorian Gray, (1891) Prefacio, Editorial Losada, Buenos Aires, 2005. / The Picture of Dorian Gray (Preface), Originalmente en el Lippincott's Monthly Magazine.  HOPENHAYN, Martín, ¿Por qué Kafka? poder, mala conciencia y literatura, KRISTEVA, Julia, Sol negro; Depresión y melancolía, Monte Avila Editores EMUI Euro-Mediterranean University Institute | Universidad Complutense de Madrid | ISSN 1578-6730 Publicación asociada a la Revista Nomads. Mediterranean Perspectives | ISSN 1889-7231

Source: http://www.theoria.eu/nomadas/36/adolfovrocca_2.pdf

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Forml med studien:

PROTOCOL Diagnosing ischemia with stress echocardiography in comparison to and combination with perfusion imaging. ISCHEMIDIAGNOSTIKK MED STRESSEKKOKARDIOGRAFI I KOMBINASJON MED SCINTIGRAFISK MYOCARDPERFUSJONS-AVBILDING BACKGROUND: Coronary angiography is the present”Gold standard” for the diagnosis of Coronary heart disease, although it is a measure of anatomical steno

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