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REVISIÓN 2008
Tartamudez del desarrollo y tartamudez adquirida.
E. Manaut-Gil
DEVELOPMENTAL STUTTERING AND ACQUIRED STUTTERING: RESEMBLANCES AND DIFFERENCES
Summary. Introduction
. In this study the authors analyse, clinically, dysphemia (DP) and acquired stuttering (AS). Aims
. The aim of this study was to evaluate whether AS is a variant of DP or whether it is an entity that shares a common element: stuttered speech. Patients and methods.
The authors studied 13 patients with AS and 36 with DP. In addition to the clinical evaluation, electroencephalogram (EEG) and cranial computerised axial tomography (CAT) scans were performed, with a special interest in secondary symptoms/signs, laterality profiles and pathological, personal and familial history. Results
. There was a notable predominance in males in both groups. AS began either in infancy or from any other age; DP only started in infancy. The most frequent organic pathology, for both DP and AS, was a severe traumatic brain injury, followed by cerebral anoxia/hypoxia, cerebrovascular accident (CVA) and others. One important element in both groups was the presence of stuttering and high percentages of left-handedness in the families. In AS, all patients were right-handed. None of the patients who experienced the onset of AS in infancy improved/yielded during adolescence. Conclusions
. Both DP and AS are cases of ‘neurogenic’ stuttering because they display organic and/or functional pathologies in the two groups, which invalidates the term ‘developmental’, since AS also occurred in infancy. DP and AS have an element in common: they both share a genetic predisposition on which the organic/functional pathology then gives rise to the clinical symptoms, although this does not account for the absence of tics in AS. [REV NEUROL 2005; 40: 587-94]Key words. Acquired stuttering. Clinical picture. Dysphemia. Etiology. Physiopathology.
INTRODUCCIÓN
movimiento articulatorio verbal para controlar, por vÃa de
La manera tartamuda de hablar forma parte del sÃndrome llama-
realimentación, flujos de aire bucofonatorios, de acuerdo con
do disfemia (DF) [1]. Tal sÃndrome incluye arritmias del habla
los cambios acústicos [16,17,19,20].
(espasmofemia) y tics, que generan ansiedad del hablante y del
Las áreas de la corteza primaria asociadas con movimientos
que escucha. Desconociendo la(s) etiologÃa(s) de este sÃndrome,
de la cara, la lengua y el maxilar, representadas bihemisférica-
se han propuesto varias definiciones [2-6], y todas giran sobre el
mente [11,21], son activas tanto durante el habla como en los
sÃntoma arritmia. Quizás, el concepto de Perkins (1965) [1] resu-
movimientos orales no hablados. Es posible que tal actividad
ma esta dificultad: ‘la única diferencia entre los normohablantes
traduzca efectos de movimiento y no un efecto del habla
per se ,
y los disfémicos es el simple hecho de que estos tartamudean’.
incluso en la DF y en la tartamudez adquirida (TA) [20].
La distinción entre la DF y la TA es fenomenológica [11,22].
NeurofisiologÃa del habla
La TA (o neurogénica), asociada a lesiones cerebrales, constitu-
Los estudios de imagen, como la tomografÃa por emisión de
ye una entidad excepcional y pobremente comprendida [3,23],
positrones (PET), la tomografÃa computarizada por emisión de
raramente asociada a discinesia facial, opresión irregular por el
fotón único (SPECT) y la magnetoencefalografÃa (MEG) [7-9],
paciente de la mano del explorador, forcejeos articulatorios
han mostrado las siguientes regiones cerebrales implicadas en
durante el habla, ausencia de mejorÃa con el habla susurrada,
la producción del habla: respuestas tempranas en la corteza
ausencia de ‘tartamudeo’ durante la masticación, y ausencia del
frontal inferior y la Ãnsula anterior izquierdas, para la progra-
fenómeno de adaptación (FA: mejorÃa del habla con la lectura
mación articulatoria del habla [10-12], procesamiento previo a
repetida del mismo texto). La TA es diferente de la DF, posible-
la activación de la región central motora (M1) izquierda para la
mente, debido a que la TA durante el desarrollo altera factores
ejecución motórica (orden inverso en los disfémicos), regiones
emocionales y psicológicos asociados al habla [22]. En la TA,
sensoriales y motoras de ambos hemisferios, implicadas en la
los sÃntomas, analizados individualmente, pueden ser difÃciles
preparación motora [13], áreas auditivas primarias y de asocia-
de diferenciar de los de la DF [24].
ción bihemisféricas para la expresión fonémica [14] y para elcontrol (vÃa realimentación) de la musculatura vocal, bilateral.
Éstas deben interrelacionarse con otros sistemas motores que
Las teorÃas etiológicas de la DF se han enfocado en la búsque-
incluyen la corteza motora suplementaria izquierda, el cÃngulo
da de anormalidades, tanto fÃsicas como psicológicas. Gran
anterior izquierdo, los ganglios basales, el tálamo y el cerebelo
parte de tal dificultad tiene su origen en comprender los meca-
[15-18]. Este sistema permite efectuar el registro preciso del
La TA se ha asociado con entidades clÃnicas variadas [23],
como la enfermedad de Parkinson [26], la parálisis supranuclear
Laboratorio de PsicobiologÃa. Departamento de PsicologÃa Experimental.
progresiva [26], el infarto isquémico cerebral, el infarto por cefa-
Facultad de PsicologÃa. Universidad de Sevilla. Sevilla, España.
lea vascular [20], el ataque de migraña [27], la isquemia cerebral
Correspondencia: Dr. Enrique Manaut-Gil. El Nogal, 8, 3.º 4.ª. E-14006
transitoria [28], el sÃndrome de acinesia pura [29], la enfermedad
Córdoba. E-mail: med004147@saludalia.com
de Alzheimer [30], el traumatismo craneal [30,31], la encefalitis
A la memoria del profesor Jorge Perelló.
japonesa de tipo B [32], el inicio clÃnico del sÃndrome de Lan-
dau-Kleffner [33], el estrés emocional [34], la anorexia nerviosa
[35], la diálisis renal [36], e incluso con yatrogenia por neurofár-
rio. No se puede desechar la hipótesis de que tal aumento de
macos y psicofármacos [37-42], y por otros fármacos [43]
actividad pudiese producir, por vÃa de una comunicación in-terhemisférica, una desactivación subsiguiente en las áreas
de Broca y Wernicke y el polo frontal, en el hemisferio iz-
La TA se ha relacionado con lesiones cerebrales de diferente y
quierdo (HI) [80,82], con, igualmente, desactivaciones de la
variada localización [40], inicialmente cortical [11,31,44-46] y
corteza auditiva temporal (circuitos temporales superiores
posteriormente subcortical [47], con lesiones tanto en el hemis-
fonológicos) [15,77,78,80,82-84] durante el habla [85] e hi-
ferio dominante [28,31,36,48-55], como en el no dominante
pometabolismo del núcleo caudado izquierdo [77].
[55,56], asà como bihemisféricas [4,11]. De 57 casos [57] en los
2. Una inversión de la secuencia de procesamiento entre la
que se revisó la topografÃa lesional en la TA, el 47% presentó
corteza frontal inferior izquierda (programación articulato-
lesiones hemisféricas izquierdas, 26% derechas y el 26% bihe-
ria verbal) y las cortezas premotora y motora izquierdas
misféricas, con muchos casos indicando lesión cortical difusa
[28,54]. El 75% incluyó estructuras subcorticales.
3. Una anomalÃa de la sustancia blanca por debajo de la repre-
En cuanto a las regiones corticales, se han incluido el lóbulo
sentación motora de la lengua y la laringe, que refleja, posi-
parietal dominante [57-61], el lóbulo temporal dominante [4,11,
blemente, conexiones deterioradas entre la corteza premotora
55], el área de Broca y su vecindad inmediata [50], el opérculo
izquierda y las áreas del lenguaje temporal y frontal [82].
dominante, el tercio inferior de la región premotora [60], el áreamotora suplementaria, el lóbulo frontal derecho, parte de la cir-
Wu et al [80], utilizando [18F]desoxiglucosa en la DF, observa-
cunvolución precuneal derecha y la circunvolución cingular [61].
ron mediante PET defectos en los componentes del siguiente
El único lóbulo no implicado parece ser el occipital [31].
circuito neuroanatómico durante el habla tartamuda:
Subcorticalmente se han mostrado (PET, SPECT) lesiones en
1. Hipometabolismo (de aproximadamente el 50%) del núcleo
el cuerpo estriado [57,62-67], las cápsulas interna y externa, la
sustancia blanca frontal, el cerebelo [57] y la región talámica
2. Hipoactividad metabólica en las áreas de Broca y de Wer-
mesencefálica [67,69] con lesión, en estos últimos casos, en sus
nicke, y en la corteza frontal superior, de asociación.
proyecciones hacia el área motora suplementaria [44,65-68] y
3. Incremento, en un grado superior a lo normal, de descarga
lesiones en el mesencéfalo y la región bulbar superior [69]. Otros
neuronal en la sustancia negra/área ventral tegmental
autores [61,70,71] han descrito lesiones en el cuerpo calloso.
mesencefálica, durante el habla fluida inducida.
Las lesiones (infartos) talámicas bilaterales, o la electroesti-
4. El sistema lÃmbico/cÃngulo posterior actúa como un modu-
mulación terapéutica mesotalámica [18,72] se han asociado con
lador emocional. La ansiedad empeora el habla tartamuda.
disminución o supresión de la DF. Otras topografÃas han inclui-do lesión (infarto) pontina con evidencia de disfunción cerebe-
Otros autores [82] han postulado un deficiente desarrollo de los
losa y por cuya interrupción darÃan lugar al habla tartamuda, y,
haces de sustancia blanca, o una ‘poda’ neuronal reducida [87].
en algún caso, reaparición del habla tartamuda tras una lesiónhemisférica cerebral –quizás por interferencia con los mecanis-
mos compensatorios– [53,58]. Otras localizaciones generadoras
Existe literatura que incluye aspectos genéticos que inciden
de TA han sido combinaciones de lesiones corticales y subcorti-
sobre los mecanismos cerebrales [20], tanto en la recuperación
cales [73]. Se ha postulado [11,51,74] que las lesiones unilate-
espontánea como en la cronicidad de la DF [67]. La DF conlle-
rales subcorticales, incluso las multifocales, producen TA tran-
va relaciones genéticas con la enfermedad de Tourette, el sÃn-
sitoria, en tanto que las bilaterales producen TA persistente.
drome de déficit de atención con hiperactividad, el trastorno de
Se ha postulado una relación entre la TA y la afasia, que ha
conducta con desafÃo y oposición, y otras conductas asociadas
permitido proponer un sÃndrome orgánico llamado ‘tartamudez
con la enfermedad de Tourette, lo que le confiere un carácter
afásica’ [50] y otro cuadro denominado ‘tartamudez con afasia’,
poligénico, debido, en parte, a tres genes dopaminérgicos (re-
con la TA representando una reacción psicológica a la afasia.
ceptor D de dopamina, β-hidroxilasa y transportador de dopa-
mina) [88]. Entre los hombres disfémicos, el 9% de sus hijas y
el 22% de sus hijos serán tartamudos, en tanto que entre las
La DF se considera como un trastorno del desarrollo del habla
mujeres disfémicas, el riesgo de tener hijas e hijos tartamudos
resultante de una disfunción neuromotora central, que desorga-
será del 17 y el 36%, respectivamente [88]. Probablemente, en
niza temporalmente la exactitud motora bucofonatoria en las
la DF esté implicada una interacción entre factores genéticos y
etapas de planeamiento, producción y monitorización del habla
ambientales [89]. Para el caso de la TA, las lesiones cerebrales
[3,75], con un colapso en los circuitos que conectan la corteza
desencadenantes quizás incidan sobre una predisposición gené-
motora y los ganglios basales; estos últimos modulan las regio-
tica en la desorganización motórica del habla [90].
nes del habla [67]. La DF podrÃa reflejar una inestabilidad opérdida de control de la función cerebral, más que una pérdida
de función [22,76] de una región particular del cerebro.
Desde la hipótesis de Orton, Travis y Bryngelson [83,91], en
Los estudios con neuroimagen [3,15,21,28,77-81] mues-
apoyo a la propuesta de la competencia interhemisférica, por
tran, durante el habla tartamuda y la lectura oral fluida:
lateralización atÃpica de los procesos del habla y del lenguaje
1. Una hiperactivación difusa en las regiones motoras del
[91-94], se refiere una mejorÃa o desaparición de la tartamudez
hemisferio derecho (HD) y el cerebelo (con predominio
después de resecciones quirúrgicas en uno u otro hemisferio
derecho) y, ocasionalmente, en las regiones motora suple-
[95]. Existen estudios [96] que sugieren que ambos hemisferios
mentaria, Ãnsula anterior y corteza cingulada anterior; hiper-
desempeñan papeles distintos y opuestos en la generación de
activación que podrÃa reflejar un mecanismo compensato-
los sÃntomas de la tartamudez. La hipoactivación de regiones en
el HI que en el sujeto sano son esenciales para la neurofisiologÃa
trado su beneficio en el tratamiento de la DF, particularmente en
del habla y del lenguaje [97], parece estar relacionada con la
las conductas secundarias, reminiscentes de los tics.
producción del habla tartamuda, en tanto que la sobreactivación
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina
de regiones en el HD podrÃa representar un proceso compensa-
[83], como la fluoxetina y la clorimipramina, son efectivos en el
torio asociado con la atenuación de los sÃntomas de la tartamu-
tratamiento de los sÃntomas obsesivocompulsivos, sÃntomas que
dez [15,16]. La representación bihemisférica del habla podrÃa
muestran algunos pacientes con DF [105].
guardar relación con la DF [92,98], en la cual, la interferenciadel HD sobre el HI [53,99] desencadenarÃa una hiperactividad
bilateral de las áreas premotoras, fundamentalmente, la superior
Durante el habla, la Ãnsula izquierda debe interactuar funcional-
lateral derecha [16,100], la porción inferior de la región precen-
mente con otras regiones [14,106], tanto del HI como del HD.
tral y del área de Broca homóloga, con hipoactividad de las áre-
Durante el habla tartamuda existe un déficit funcional en la
as primarias y extraprimarias [15,77,80].
Existen anormalidades dinámicas, tanto en las áreas motoras
Se ha propuesto [106] que los infartos subcorticales, por un blo-
del habla en el HI como en las auditivas derechas, caracteriza-
queo de la transmisión callosa reguladora [71] interhemisférica,
das éstas por una disminución o supresión, anormales, en la
activación de la región auditiva derecha en la DF, por la vÃa de larealimentación auditiva durante el habla [15,16,89]. El habla,
normalmente, amortigua y retarda, en unos 11 ms las respuestas
La actividad del cerebelo es menor en los disfémicos durante el
de la corteza auditiva en el HI, solamente durante el habla y no
habla tartamuda que durante los episodios de habla fluida. El
durante la escucha [22]. En los disfémicos, las respuestas corti-
cerebelo, sobre todo el izquierdo, muestra una hiperactivación
cales a la propia voz activan transitoriamente al HD alrededor
en la repetición fluida en los DF –una actividad de utilización/
de 100 ms después de la emisión del habla tartamuda. En tal
aprendizaje de una nueva actividad motórica compensatoria–,
sentido, los disfémicos monitorizan conscientemente su habla
posiblemente con un incremento concordante de la actividad
para prevenir bloqueos durante el discurso [22].
insular [16]. Durante la lectura en coro, que induce fluidez en el
Los procedimientos inductores de habla fluida (lectura en
habla, se normaliza la actividad en el hemisferio cerebeloso
coro, administración de haloperidol) [15,77,84] sobre las regio-
derecho (dominante). Esta interpretación estarÃa de acuerdo con
nes auditivas generan un aumento del flujo sanguÃneo (SPECT)
el papel del cerebelo en el aprendizaje sensoriomotor [4,11,92,
en las regiones desactivadas (áreas anteriores del HI) en la DF, y
107,108] y la información auditiva.
generan, en consecuencia, un habla fluida.
Muchos disfémicos presentan un defecto en el control neuro-
La mejorÃa, por reducción o desaparición de la tartamudez,
motor de la laringe, en el cual los abductores y los aductores
adquirida por infarto talámico [3,18,47,63,72] o a través de la
larÃngeos se retraen durante el bloqueo y evitan la producción
electroestimulación terapéutica talámica centromediana, sugie-
normal del habla [34,29]. La laringe no es necesaria para la
re que la interrupción de las proyecciones de la formación reti-
generación del habla tartamuda. Ello prueba la existencia de
cular del tronco cerebral, el diencéfalo y los ganglios basales
una disfunción en el control neuromotor de la fuente del sonido
hacia la corteza motora suplementaria –sistema implicado en
la producción motora del habla– [47], generarÃan TA [65,68,91,101-103] a través de una actividad del HI interfiriendo en la del
derecho [91], y generarÃan, en estos casos, ‘repeticiones que se-
Algunos autores [34,45,96,110,111] han asociado la TA como
componente psicógeno en la afasia de Broca, sobre todo en lafase temprana de su recuperación. Este argumento se invalida
en los casos en los que la TA no se asocia con afasia [11].
Los estudios con PET mediante 6-fluorodopa (6-FDOPA–mar-cador presináptico de actividad dopaminérgica–) han mostradouna significativamente mayor captación de 6-FDOPA en pa-
PACIENTES Y MÉTODOS
cientes con una marcada DF en las cortezas prefrontal medial,
Dentro de una población correlativa de 2.252 historias clÃnicas, 13 pacientes
orbital profunda, insular y auditiva, en la amÃgdala y en la cola
(0,6%) presentaron tartamudez a partir de diversas patologÃas cerebrales. La
del núcleo caudado, en comparación con sujetos no tartamudos.
población se obtuvo entre 1977 y 1980 en el Servicio de NeurologÃa delCentro Hospitalario 20 de Noviembre, ISSSTE, en México, DF. Todos los
La captación elevada de 6-FDOPA en las regiones lÃmbicas cor-
pacientes fueron hispanoparlantes. Además de la valoración neurológica, se
tical y subcorticales es compatible con la idea de que la DF se
estudiaron mediane EEG y con tomografÃa axial computarizada (TAC) cra-
asocia con una hiperactividad del sistema dopaminérgico presi-
neal. Excepto un paciente con acentuación de una DF previa desde la infan-
náptico en las regiones del cerebro que modulan la verbaliza-
cia tras ingesta accidental de petróleo, cianosis y lavado gástrico, y otro
enfermo con una etiologÃa aparentemente psicogénica, en los 11 restantes se
La hipótesis de que los fármacos antidopaminérgicos pue-
instaló el habla tartamuda con posterioridad a la adquisición de una patolo-gÃa orgánica cerebral.
den ser efectivos en el tratamiento de la DF parece apoyarse en
En esta población (Tabla I), las edades variaron entre los 6 64 años en los
la similitud de sÃntomas semejantes al tic en la DF con los tics
hombres y entre 4 y 44 en las mujeres. Se analizan los factores etiológicos,
presentes en la enfermedad de Tourette [89].
la lateralidad manual, la historia familiar de tartamudez y de zurdera, asÃ
El haloperidol [104], un antagonista del receptor D , ha mos-
como la personal y la familiar de epilepsia. Dos pacientes no mostraron
Tabla I. Poblaciones.
Tabla II. EtiologÃas desencadenantes y latencias.
patologÃa orgánica. En uno de ellos, el factor desencadenante fue clásica-mente psicotensional, con inicio tardÃo; en el otro, posiblemente. En cada
caso se investigó el perÃodo de latencia entre la presentación de la enferme-dad neurológica, o bien la situación accidental o afectivoemocional, y la
aparición de la tartamudez (Tabla II). Se inquirió, igualmente, si al hablatartamuda se asociaba su acentuación ante situaciones estresantes, o si ésta
persistÃa o desaparecÃa durante el canto –en caso de no tener la experiencia,
se le pedÃa al sujeto que canturreara alguna canción–, durante el habla susu-
rrada; se les pidió a los sujetos leer repetidamente un texto, con el fin deconsiderar si presentaban, o no, mejorÃa del habla con la lectura repetida del
texto (FA), asà como si el habla mejoraba con la lectura de un texto a dúo
con el explorador (como equivalente de la lectura en coro); se observó si
durante la masticación (chicle) el sujeto mostraba movimientos maxilares
de ‘tartamudeo’; se valoró la presencia o ausencia de discinesia facial. Conrespecto a los antecedentes, se investigó si presentó DF en la infancia, epi-
a Estado de coma entre 1 y 26 dÃas. Tres pacientes con fractura lineal no depri-
lepsia y discinesias previas o acompañantes. En lo que respecta a la historia
mida. b Corticosubcortical. c Tartamudez desde la infancia; acentuación a partir
familiar, se consideró la presencia/ausencia de DF, epilepsia y lateralidad
de EVC en la vida adulta. d Primera crisis convulsiva a los 13 años; inicio delhabla tartamuda a partir de ésta. e Fallecimiento del padre cuatro meses antes.
EPE: edad de presentación de la etiologÃa; LIEPHT: latencia entre el inicio de la
Como grupo comparativo se utiliza una población de 36 pacientes (Tabla I)
etiologÃa y el principio del habla tartamuda; M: mujeres; H: hombres; TCE: trau-
con DF, o tartamudez del desarrollo, valorada por el autor y en proceso
matismo craneoencefálico; EVC: enfermedad vascular cerebral; HCD: hemis-
actual de análisis del posible perfil clÃnico neurológico.
ferio cerebral derecho; HCI: hemisferio cerebral izquierdo; PT: parietotemporal;FPT: frontoparietotemporal.
RESULTADOS
Todos los pacientes tuvieron lateralidad manual diestra; ocho casos fueron
Tabla III. Epilepsia asociada: formas clÃnicas.
diestros motóricos de pierna, y los restantes zurdos. Todos mostraron latera-lidad derecha de ojo y oÃdo. No se obtuvieron diferencias significativas en
(H): parcial simple con generalización secundaria
los antecedentes familiares de zurdera (46,1%) y su ausencia (53,8%). Lalatencia entre el inicio del padecimiento y la aparición del habla tartamuda
(M): parcial compleja sin generalización secundaria
se muestra en la Tabla II. En seis casos se asoció con epilepsia (Tablas III y
(H): parcial compleja con generalización secundaria
IV). El control adecuado farmacológico de las crisis epilépticas no cursócon mejorÃa del habla tartamuda. Un paciente (no epiléptico) tenÃa historia
(M): mixta: focal sensorial en MSI con marcha jacksoniana
+ parcial compleja sin generalización secundaria
En cuanto a los sÃntomas/signos asociados (componente neurótico, tics,
habla durante el canto, habla susurrada y FA, etc.), referimos a la Tabla V.
En éstos, es llamativa la observación de compartir, de manera no regular–regularidad observada en la tartamudez del desarrollo– las caracterÃsticas
Tabla IV. Epilepsia familiar.
del perfil clÃnico, tendiendo a la individualidad, tocante a la presencia/au-sencia de sÃntomas/signos secundarios, o acompañantes al habla tartamuda.
El rasgo más llamativo lo constituye la ausencia de tics (excepto en el único
caso de un adulto con tartamudez previa iniciada en la infancia).
DISCUSIÓN
La investigación actual sugiere que la DF es el producto de una
Algunos autores [113] consideran la realidad de la TA o
disfunción del sistema nervioso central, posiblemente, con
neurogénica como un sÃndrome por derecho propio, y no sim-
componentes genéticos predisponentes [90] puesto que, para
plemente una consecuencia psicológica secundaria a una lesión
una población de 36 disfémicos estudiada por el autor el 30,5%
cerebral. El primer aspecto que llama la atención en la TA es
presenta historia familiar de tartamudez, en tanto que en nuestro
que no disponemos de argumentos sólidos para etiquetar como
grupo de 13 pacientes con TA, el 7,7% de ellos cursó con este
entidad nosológica a lo que probablemente no representa más
antecedente, de interés dada la incidencia del 1% de DF en la
que un sÃntoma cardinal: la tartamudez, con ausencia/presencia,
variable y con carácter de individualidad, de sÃntomas secunda-
Tabla V . SÃntomas/signos secundarios.
la lectura en coro y durante el habla susurrada, y presencia delFA). Sin embargo, no puede descartarse una etiologÃa orgánica
en la DF, al menos en la población referida, considerando elantecedente de traumatismo craneoencefálico (TCE), comparti-
Quizás la escasa presentación de habla tartamuda semejan-
do tartamudez podrÃa fundamentarse en una predisposición ge-
nética [88], sugerida por historia familiar de DF –que en nuestro
De 57 casos con TA, de diferentes autores, listados por Lud-
low et al [57], el 14% correspondió a tartamudos en la infancia.
Los pacientes de dicha población que se recuperaron de la DFadquirida en la infancia presentaron una mayor vulnerabilidad
para adquirir tartamudez consecutiva a lesiones cerebrales.
Los casos de desaparición de la DF después de TCE [48],
endarterectomÃa carotÃdea [51], esclerosis múltiple [72], asÃ
como la reaparición, en adultos, de TA poslesional en pacientes
que habÃan sido tartamudos en su infancia, plantean preguntassin respuesta actual.
Las bases fisiopatológicas que sugieren una base neurológi-
ca en la DF y en la TA se conocen poco todavÃa. Es evidente laausencia de un cuerpo que integre la neurofisiologÃa del habla
con la neurologÃa de la DF y de la TA, si es que esta última tie-
H: hombre; M: mujer; CN: componente neurótico; TC: tartamudez en el canto;
ne algo más en común que la manera tartamuda de hablar. Al no
THS: tartamudez durante el habla susurrada; TM: tartamudez durante la mastica-
existir una teorÃa que explique satisfactoriamente la DF y la TA,
ción; TLD: tartamudez durante la lectura en dúo; FA: fenómeno de adaptación.
se ha pensado [78] que éstas podrÃan no constituir un fenómenounitario. Además, puede ser difÃcil distinguir entre los mecanis-mos cerebrales responsables del habla tartamuda y los desarro-
rios, consecutiva a etiologÃas diversas [23-29,34,38,45,71,74,
87,94,110,114]. Quizás esta diversidad etiológica, con un pre-
Por los argumentos anteriores, se propone que la hasta
dominio del antecedente de traumatismo craneal grave, tanto en
ahora llamada DF, o tartamudez del desarrollo, se etiquete
la DF (11,1%) como en la TA (46,1%), seguido de anoxia/hipo-
igualmente como DF neurogénica, dadas las documentadas
xia perinatal en cuatro (11,1%) pacientes disfémicos y en dos
alteraciones funcionales en los estudios de imagen (PET,
(15,4%) con TA, desemboque en un hecho común para la DF y
SPECT, MEG) en diversas localizaciones cerebrales, tanto
la TA: la ruptura, anatómica y/o funcional de eslabones del sis-
corticales como subcorticales, asà como cerebelosas, incluida
tema funcional complejo para la organización del habla, sistema
la inversión de las dominancias hemisféricas cerebral y cere-
aún no estructurado de forma acabada, anatómica y funcional-
belosa. Enfatizamos el término neurogénica, sobre la base del
mente. La ventaja, para una interpretación fisiopatológica, de la
clásico concepto de etiquetar a la DF como entidad sin etiolo-
llamada tartamudez neurogénica, es que, a diferencia de la DF,
gÃa conocida. El cuadro clÃnico tradicionalmente conocido
se le puede asociar una etiologÃa orgánica, excepto en un caso
como ‘TA’ pensamos que conlleva un fondo común con la lla-
de la población de TA, en el que llamativa y atÃpicamente la
mada tartamudez del desarrollo, fondo condicionado por una
etiologÃa psicogénica desencadenó el habla tartamuda a los 12
predisposición genética que se evidencia ante patologÃas orgá-
años de edad –edad excepcional de inicio de la DF–, y otro caso
nicas y bioquÃmicas (yatrogenias medicamentosas: fenotiaci-
(ingesta accidental de petróleo, con cianosis y lavado gástrico)
na, fenitoÃna, clozapina, teofilina, etc.) que actúan como facto-
en el que, quizás, y ante la ausencia de patologÃas en la TAC y el
res desencadenantes. En cuanto al elemento de acentuación de
EEG, pueda adherÃrsele una etiologÃa psicogénica. Estos casos
la manera tartamuda de hablar, evidenciado en algunos pa-
podrÃan sugerir que el perfil clÃnico de la DF (habla tartamuda y
cientes de nuestra población ‘adquirida’, consideramos que tal
sÃntomas/signos secundarios) se establece en la primera infan-
elemento constituye un factor común, afectivoemocional, evi-
cia; en una edad posterior, como en nuestros dos casos, una
denciado en los bloqueos del habla, y en el sujeto normal en
etiologÃa puramente psicogénica ‘tardÃa’ no incorporarÃa todos
situaciones de tensión psicológica. Nuestra propuesta reside
los elementos clásicos asociados a la DF (discinesia facial,
en que ambas entidades clÃnicas son adquiridas y, por tanto,
ausencia de tartamudez durante el canto, durante el soliloquio,
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TARTAMUDEZ DEL DESARROLLO Y TARTAMUDEZ
GAGUEZ DO DESENVOLVIMENTO E GAGUEZ
ADQUIRIDA. SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS
ADQUIRIDA. SEMELHANÇAS E DIFERENÇAS
Resumen. Introducción.
Se analizan clÃnicamente la disfemia (DF)
Resumo. Introdução
. Analisam-se, clinicamente, a disfemia (DF)
y la tartamudez adquirida (TA). Objetivo
. Valorar si la TA constitu-
e a gaguez adquirida (GA). Objectivo
. Averiguar se a GA consti-
ye una variante de la DF, o si se trata de una entidad con un ele-
tui uma variante da DF, ou se se trata de uma entidade com um
mento en común: el habla tartamuda. Pacientes y métodos.
Se estu-
elemento em comum: a gaguez da fala. Doentes e métodos.
Estu-
dian 13 pacientes con TA y 36 con DF. Además de la valoración clÃ-
daram-se 13 doentes com GA e 36 com DF. Além da averiguação
nica, a cada paciente se le practicó un electroencefalograma (EEG)
clÃnica, efectuaram-se electroencefalograma (EEG) e tomografÃa
y una tomografÃa axial computarizada (TAC) craneal, con un espe-
axial computorizada (TAC) craniana, com interesse na presença
cial interés en la presencia de sÃntomas/signos secundarios, el per-
de sintomas/sinais secundários, perfil de lateralidades e antece-
fil de lateralidades y los antecedentes patológicos, personales y
dentes patológicos, pessoais e familiares. Resultados
. Em ambos
familiares. Resultados
. En ambos grupos hay un notable predomi-
os grupos verifica-se um notável predomÃnio em homens. A GA
nio de hombres. La TA se inició bien en la infancia o desde cual-
iniciou-se na infância ou em qualquer idade. A DF apenas na
quier edad; la DF, sólo en la infancia. La patologÃa orgánica más
infância. A patologia orgânica mais frequente, para a DF e a GA,
frecuente para la DF y la TA fue el traumatismo craneoencefálico
foi o traumatismo crânio-encefálico grave, seguido da anoxia/
grave, seguido de la anoxia/hipoxia cerebral, el accidente vascular
hipoxia cerebral, acidente vascular cerebral (AVC) e outros. Um
cerebral (AVC) y otros. Un elemento importante, en ambos grupos,
elemento importante, em ambos os grupos, é a presença familiar
es la presencia familiar de tartamudez y elevados porcentajes de
de gaguez e elevadas percentagens de esquerdismo manual. Na
zurdera manual. En la TA todos fueron diestros. En ningún pacien-
GA todos eram destros. Nenhum doente com inÃcio de GA na in-
te con inicio de la TA en la infancia mejoró ésta o cedió en la ado-
fância melhorou na adolescência. Conclusões
. Tanto a DF como
lescencia. Conclusiones
. Tanto la DF como la TA constituyen una
a GA constituem gaguez ‘neurogénica’ por se demonstrarem pa-
tartamudez ‘neurogénica’, puesto que se han demostrado patologÃ-
tologias orgânica e/ou funcional em ambos os grupos, que invali-
as orgánicas y/o funcionales en ambos grupos, lo que invalida el
da o termo ‘desenvolvimento’, dado que a GA também se apre-
término ‘desarrollo’, dado que la TA también se presentó en la in-
sentou na infância. Para a DF e para a GA existe um elemento
fancia. Para la DF y para la TA existe un elemento común: una pre-
comum: uma predisposição genética, sobre a qual a patologia or-
disposición genética, sobre la cual la patologÃa orgánica/funcional
gânica/funcional desencadeia o quadro clÃnico, sem propor uma
desencadena el cuadro clÃnico, sin proponer una explicación para
explicação para a ausência de tiques na GA. [REV NEUROL 2005;
la ausencia de tics en la TA. [REV NEUROL 2005; 40: 587-94]
Palabras clave. Cuadro clÃnico. Disfemia. EtiologÃa. Fisiopatolo-
Palavras chave. Disfemia. Etiologia. Fisiopatologia. Gaguez ad-
FUNDACION Dr.JORDI MAS
http://www.fundacion-dr-jordi-mas.org
Source: http://web.intercom.es/jorgemas/tartamudez.PDF
Molecular & Biochemical Parasitology 131 (2003) 77–81The H region HTBF gene mediates terbinafine resistanceJulio F.M. Marchini , Angela K. Cruz , Stephen M. Beverley , Luiz R.O. Tosi a Departamento de Biologia Celular e Molecular e Bioagentes Patogˆenicos, Faculdade de Medicina de Ribeirão Preto, Universidade de São Paulo, Ave. Bandeirantes, 3900, 14049-900 Ribeirão Pretoâ€
Antimalarial activity of methanolic extracts from plants used in Kenyan ethnomedicine and their interactions with chloroquine (CQ) against a CQ-tolerant rodent parasite, in mice. Francis W. Muregia,c,* , Akira Ishiha , Toshio Miyaseb , Tohru Suzukia , Hideto Kinoa , Teruaki Amanod , Gerald M. Mkojic , Mamoru Teradaa aDepartment of Parasitology, Hamamatsu University School of Medicine, 1-
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